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    Calder, eppur si muove

    Corría el otoño de 1930, y Alexander Calder (Lawnton, Pensilvania, 1898 – Nueva York, 1976) estaba en París exponiendo su famoso Cirque de hombrecillos, acróbatas y animales de alambre. Deseoso de mostrar su trabajo a quienes consideraba sus referentes, llamó a Mondrian para invitarle a ver sus obras en su estudio de la Rue Daguerre pero éste le citó antes en su austero taller donde Calder se sorprendió al ver por primera vez la abstracción pura en recortes de cuadrados de colores pegados a las paredes. “¿No sería divertido liberarlos, y ponerlos a bailar?” le sugirió a lo que Mondrian, respondió horrorizado que en absoluto. Calder regresó a su casa abatido, decidido a tratar de emular el trabajo estático del holandés. «Lo intenté durante dos semanas más o menos, pintando abstracciones muy sobrias. Pero no estaba en mi naturaleza…»  Cuando sus esculturas en movimiento se presentaron en la Julien Levy Gallery de Nueva York en 1932, Calder le dijo a un reportero: “¿Por qué el arte debe ser estático? El siguiente paso en la escultura es el movimiento”. Nacido en una familia de célebres artistas Calder desarrolló un nuevo método escultórico: a base de doblar y retorcer alambre «dibujaba» figuras tridimensionales en el espacio a las que llamó “móviles” cuyo nombre debe a Marcel Duchamp (mientras que el término ‘stabiles’ corresponde a Jean Arp). El Centro Botín de Santander presenta (hasta el 3 de noviembre) Calder Stories, una exposición inédita que cubre cinco décadas de la trayectoria artística de Alexander Calder. Comisariada por Hans Ulrich Obrist, director artístico de las Serpentine Galleries de Londres, y organizada en colaboración con la Calder Foundation de Nueva York, la muestra (cuyo diseño expositivo ha corrido a cargo del renombrado arquitecto Renzo Piano) da a conocer historias poco conocidas de la obra del famoso artista norteamericano. Algunas de las obras más conocidas de Calder fueron fruto de colaboraciones con importantes arquitectos, coreógrafos y compositores de su tiempo, unas historias que hasta la fecha no han sido prácticamente estudiadas. Se trata de proyectos que en su mayoría vieron la luz, aunque en ocasiones no llegaron a materializarse. Calder Stories se embarca en una exploración de lo que Calder dejó tras de sí, añadiendo nuevos matices y complejidades al conocimiento del artista, considerado un pilar fundamental del arte del siglo XX. Entre los proyectos nunca realizados que pueden contemplarse en el museo santanderino, se cuentan una serie de seis maquetas creadas por Calder en 1939 para acompañar la propuesta de Percival Goodman para la construcción de la Smithsonian Gallery of Art, en Washington D.C. También un conjunto de casi dos docenas de bronces de 1944, creados por sugerencia de Wallace K. Harrison para un edificio de estilo racionalista, que debían haberse construido en hormigón con una altura de entre nueve y doce metros, aunque finalmente nunca se materializaron. En el ámbito de las artes escénicas, también se presentan varios bocetos realizados entre los años treinta y cuarenta detallando unas complejas coreografías abstractas, así como propuestas para lo que Calder denominó «objetos-ballet», incluyendo escenografías para la propuesta de un ballet con música por Harrison Kerr. La exposición incluye animaciones digitales de algunas de esas composiciones, creadas expresamente para la ocasión.  Asimismo, en esta exposición pueden verse importantes encargos realizados in situ por Calder para mecenas de todo el mundo. Entre ellos, destaca Untitled (1954), una gran escultura móvil creada para la oficina de venta de billetes de Middle East Airlines, en Beirut. También Escutcheon (1954), una escultura realizada al mismo tiempo que la anterior en un estudio improvisado en la capital libanesa, así como Guava, Franji Pani y Red Stalk, algunas de las esculturas creadas por Calder en 1955 durante un viaje a Ahmedabad, en la India. Unas obras, estas últimas, creadas a instancias de su anfitrión Gira Sarabhai, que ofreció al artista y a su esposa la posibilidad de viajar por el país a cambio de obras de arte. Por último, se incluyen varios encargos fílmicos realizados a artistas contemporáneos e inspirados en Calder y/o en su obra.  [Alexander Calder. Guava, 1955 © 2019 Calder Foundation, New York / VEGAP, Santander. Foto: Tom Powel Imaging]

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