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    Una casa sorprendente: La Colección Cranford

    La Colección Cranford fue fundada en 1999, con el apoyo del conservador Andrew Renton. Con sede en Londres, esta colección particular ha apostado desde sus inicios por el mejor arte emergente. En la actualidad, cuenta con más de 700 obras entre pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, videos y dibujos. Bajo el título de Out of the House, una selección de las piezas más emblemáticas de esta prestigiosa colección británica abandona por primera vez el hogar de Muriel y Freddy Salem en Regent’s Park [que puede visitarse mediante cita previa] para recalar en Madrid gracias a la Fundación Banco Santander. 92 obras de 26 artistas, entre ellos Damien Hirst, Martin Boyce, Wolfgang Tillmans, Franz West, Martin Kippenberger, Sigmar Polke o Albert Oehlen, se citan en la Sala de Arte que posee la entidad en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte. Tendencias del Mercado del Arte ha entrevistado a Muriel Salem, quien junto con Anne Pontégnie, es también la comisaria de la exposición. Vanessa García-Osuna


    ¿Qué artistas u obras de arte poseen un significado especial para usted, o han sido especialmente inspiradoras?¿Cuál sería, en esencia, la filosofía de la Colección Cranford? La Colección Cranford surge como fruto de un profundo interés por la manera en la que el arte contemporáneo dialoga con nuestro tiempo, y también de la fascinación por la capacidad del artista de arrojar una luz personal, y al mismo tiempo, universal, sobre nuestro mundo. Esto explica por qué nuestra colección se centra en el arte realizado desde mediados de los años 80 hasta nuestros días. Al mostrarse en un entorno doméstico, la pintura posee un peso primordial. La colección es también un reflejo del lugar en el que se encuentra –Londres–, y por ello uno de sus ejes más poderosos es el de los artistas británicos, y europeos, aunque no sea exclusivo. Las mujeres artistas están especialmente bien representadas en ella. Lo que nos interesa es construir relaciones entre las obras que adquirimos. A menudo empezamos con un artista joven como Albert Oehlen y luego nos retrotraemos en el tiempo para ver quiénes le inspiraron, como Richter y Polke. Compramos obras de Wade Guyton, cuando éste era muy joven, antes de empezar a coleccionar en profundidad a Christopher Wool. Al exponer juntas las piezas intentamos hacer visibles los eslabones que nos han llevado a saltar de una generación a otra, de una escena artística a otra. La exposición reúne, por ejemplo, a Martin Kippenberger con Michael Krebber, que fue su primer ayudante; a Franz West con Rebecca Warren, quien, como tantas escultoras de su generación, se inspiró en el trabajo de West; Rosemarie Trockel y Karla Black cuyo trabajo seguramente ha estado influenciado por el uso que hace Trockel de practicas artesanas asociadas a las mujeres para redefinir la pintura.

    ¿Qué obras suelen sorprender más a quienes visitan su casa? Seguramente la caja de luz Poultry Dressing (2007) de Jeff Wall, que tenemos en el comedor, y Fuck Destiny (2000), la escultura de Sarah Lucas de un gran sofa, han impresionado a más de un visitante; incluso nuestros vecinos quedaron perplejos cuando vieron que metíamos en casa este sofa de piel rojo. La serie de grandes pinturas abstractas de Sigmar Polke nunca dejan de asombrar, tanto al público como a nosotros mismos, por su maestría (Sin título, 2007).

    ¿Recuerda alguna anécdota divertida o curiosa? Creo que la forma en que compramos la gran serie de cuatro cuadros de Sigmar Polke refleja nuestra manera de actuar. Estuvimos varios años mirando sus pinturas, y adquiriendo algunas obras, hasta que decidimos que había llegado la hora de dar el gran salto y conseguir una pieza notable. Cinco o seis años más tarde, al fin, nos propusieron un cuarteto de grandes lienzos abstractos, magníficos, recién salidos de su estudio. De repente, nos encontramos con que teníamos 24 horas para movernos. Tuvimos que volar precipitadamente a Miami para tomar una decisión sobre el terreno. Lo hicimos con mucho gusto, y aquellas pinturas ahora pueden ser contempladas juntas por primera vez desde que salieran de Miami en la Fundación Santander. Esta anécdota refleja cuánto tiene el coleccionismo de paciencia, de deseo y de asumir riesgos con conocimiento.

    ¿Qué obras considera las piedras angulares de su colección? Más que una en particular, diría que la clave ha sido la posibilidad de formar grupos de obras, amplios y relevantes, de artistas como Christopher Wool, Franz West, Albert Oehlen, Martin Kippenberger, Rosemarie Trockel, Bridget Riley, Damien Hirst o Rebecca Warren que es ella misma un hito. También es un privilegio convivir con una pintura excepcional como 911-2 Abstract Painting (2009) de Gerhard Richter. Y aunque no coleccionamos videoarte a fondo, dos piedras de toque son los videos: This is not a time for dreaming (2004) de Pierre Huyghe, y The Nightwatch (2004) de Francis Alÿs.

    ¿Qué obras fueron las más difíciles de conseguir? Una serie de Gerhard Richter que estuvimos a punto de adquirir y se nos escapó en el último minuto. Aunque no fueron las obras más difíciles de conseguir, sin duda, han sido las más dificiles de olvidar. En cuanto a los encargos, hemos empezado el año haciéndole uno a Sophie von Hellermann, cuyo trabajo está bien representado en la colección. Le pedimos que diseñara nuestras tarjetas de visita. Esperamos poder hacer más encargos muy pronto y con más frecuencia. Pero no resulta fácil hacerlos cuando solo dispones de tu casa para exhibirlos.

    ¿De qué obras no querría separarse nunca? ¡De muchas!. Pero por mencionar algunas: Maison de Louise Bourgeois, un pequeño dibujo de Polke con el que he sido muy feliz, o las pinturas íntimas de Raoul Dekeyzer…

    ¿Ha pasado alguna noche en vela antes de una adquisición importante? Siempre, porque cada compra es un gran compromiso. De hecho, la exposición de Madrid ¡bien podría haberse llamado Insomnio!

    ¿Cuáles han sido los descubrimientos más excitantes que ha hecho de artistas emergentes que ahora son nombres consagrados? La Colección Cranford empezó adquiriendo los primeros trabajos de Rebecca Warren, Spartacus Chetwynd, Wade Guyton, Rachel Harrison, Paul Noble o Glen Brown… También nos gustan los artistas que no son estrellas del mercado del arte, pero que son significativos para nosotros como Michael Krebber o Sophie von Hellermann.

    ¿Qué conoce del arte español? ¿Coleccionan artistas españoles? Lamentablemente, el arte español está insuficientemente representado en Londres y en las ferias de arte en general, y debemos confesar nuestra inexperiencia en este campo. Juan Muñoz o Cristina Iglesias muy bien podrían formar parte de nuestra colección, pero perdimos la oportunidad, y hoy no tenemos ningún artista español. ¡Nos sentimos avergonzados!. Sin embargo, sí tenemos artistas de América Central y del Sur como Gabriel Kuri, Abraham CruzVillegas, Beatriz Milhazes o Gabriel Orozco.

    ¿Qué artistas le han dejado más huella? Es un honor poder conocer artistas de nuestro tiempo, aunque debo confesar que suelo sentirme un poco tímida cuando estoy a su lado, y más que hablar suelo escuchar. Tuve la oportunidad de visitar el estudio de Gerhard Richter, fue un privilegio y una experiencia inolvidable, también visité el de Wade Guyton que estaba preparando su exposición retrospectiva en el Whitney. Fue fantástico ser testigo de aquel momento de reflexión y experimento. Una visita al estudio de Charles Ray en Los Ángeles fue también un momento de iluminación, de confrontación directa con las raíces de creación. Sin embargo, como coleccionista creo en la necesidad del artista de preservar su estudio como un refugio, y tratar de respetar su necesidad de intimidad y concentración tanto como sea posible.

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