Teruo Hirose era uno de los dos doctores de habla japonesa que pasaba consulta en Manhattan en la década de 1960. Se forjó una buena reputación dentro de la comunidad nipona por ofrecer atención médica asequible además de ser especialmente generoso con los artistas, a los que a menudo atendía gratuitamente. Yayoi Kusama había llegado por esas mismas fechas a Estados Unidos, con poco dinero, pero con todo lo que sentía que necesitaba: 2.000 obras suyas en papel y 60 kimonos de seda que pensaba canjear por efectivo. Aunque tomaron caminos opuestos serían grandes amigos toda la vida. Bonhams licita el próximo 15 de mayo una docena de obras que en su día Kusama le regaló a su amigo doctor, entre ellas dos pinturas fluviales (El río Mississippi y El río Hudson), con su famoso motivo de la red infinita, que se cotizan entre 2,5 y 4 millones de euros cada una.
