Los actores suelen decir que los personajes a los que dan vida acaban dejándoles un poso y les transfieren, como por ósmosis, algún rasgo de su personalidad. Tal vez Gabino Diego (Madrid, 1966) haya experimentado esa sensación y su afición por el arte se intensificara tras interpretar al rey Felipe IV, el más insigne mecenas del Siglo de Oro español, a cuyo servicio estuvo el gran Velázquez, o al celador del Museo del Prado que ocultó el autorretrato de Goya durante la Guerra Civil. Estos papeles, además de regalarle sendas nominaciones al Goya, tuvieron un curioso eco en su vida privada pues justo en aquellos momentos se iniciaba en el coleccionismo de fotografía. La primera piedra de su colección fue una imagen de su amigo Robert Freeman, fotógrafo de los Beatles, y poco a poco, esos fondos se irían enriqueciendo con la presencia de los nombres más brillantes de la fotografía española. Gabino Diego, que alterna su presencia en los escenarios, el cine y la televisión, se sube hasta el mes de enero a las tablas en el Teatro Bellas Artes de Madrid, con la obra Los mojigatos, su undécimo proyecto teatral, en el que comparte cartel con Cecilia Solaguren en un montaje dirigido por Magüi Mira que retrata a una pareja “en busca del sexo perdido”. [Foto: Sergio Parra]. Raquel García-Osuna
