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    Mel Ramos: «Los años del Pop Art fueron muy divertidos»

    «Es la exposición más bonita de Mel, porque hay corazón», me dice muy satisfecha Leta, la esposa de Mel Ramos (Sacramento, California, 1935), el reconocido artista pop con el que la Galería Senda abre su temporada. La exposición presenta más de veinte dibujos procedentes en su mayoría de la reciente exposición que el Albertina Museum de Viena le dedicó a principios de año aprovechando el 75 aniversario del artista y los cincuenta años del Pop Art. Mel Ramos. Historia de una seducción: obra sobre papel (1962-2011) incluye trabajos desde los años 60 hasta la actualidad, incluidas las obras que ha realizado a propósito para la exposición de Barcelona. El interés de los artistas Pop por la cultura popular y el impacto de los medios de comunicación en la nueva sociedad de consumo conviven con las atractivas pin-ups de Mel Ramos.

    Historia de una seducción es un recorrido por su obra desde los años 60, ¿cómo ve aquellos años con la óptica actual?
    Bueno, ha sido una evolución natural, pero yo diría que mis dibujos de los años 60 son algo más rudos que mi trabajo actual.

    Usted empezó pintando a los héroes de los cómics, como Superman, ¿pintaría a los héroes de hoy?
    No, mi trabajo de los 60 tenía algunos puntos de referencia de pintores que me gustaban mucho, pero ahora ya es muy distinto. La imagen del héroe contemporáneo es una versión muy distinta de la de antes. El héroe de hoy sería el bueno que lucha contra el malo, o el que ayuda a los pobres y débiles, como el cómic Underdog [un superhéroe a la manera de Superman, que protege a los ciudadanos]. En general, no tengo héroes en este momento. Mi héroe actual es [Wayne] Thiebaud, mi maestro cuando estudiaba arte en California.

    Después pintó desnudos y publicidad, iconos muy unidos por la sociedad de consumo. ¿Considera su obra como un documento de esta sociedad o como una crítica?
    Mi intención nunca ha sido criticar; yo no critico nada ni a nadie, simplemente trato de crear una leyenda sobre los iconos de nuestra sociedad. En realidad, yo no pinto sexo, el sexo es otra cosa, es algo que ocurre entre un hombre y una mujer… yo pinto desnudos. Cuando estudiaba arte se enseñaba la abstracción del expresionismo abstracto americano; yo tenía entonces una colección de libros de cómic y, cuando tendría unos veinte años, comencé a pintar a partir de los cómics, para mí fue algo muy natural y así apareció la figura femenina. Cuando empecé a pintar admiraba mucho a Dalí y me gustaba el elemento sorpresa de situar las cosas en realidades distintas, oníricas, como una figura en el desierto, por ejemplo, y eso es parecido a cuando yo pinto una mujer y una banana…

    Y cuando usted pinta una mujer desnuda y una banana, o una mujer y un enorme puro, ¿le da un doble sentido?
    No le doy un sentido sexual, simplemente confronto cosas distintas sin un significado profundo y sin un doble sentido.

    ¿Cómo es el proceso de trabajo con sus modelos desnudas?, ¿hace fotografía?
    Sí, trabajo con fotografías; normalmente tengo amigas y novias de mis amigos que quieren hacerse un cuadro y son mis modelos; hago muchas fotografías para pintar, luego utilizo el ordenador con Photoshop; también hago collage con rostros que tomo de revistas del supermercado o de actrices conocidas, como Cameron Díaz, Penélope Cruz… pero de las actrices conocidas solamente utilizo las caras, los cuerpos son de mis modelos.

    ¿Cuál era su ideal de belleza?, ¿sigue siendo el mismo?
    Mi ideal de belleza era mi esposa cuando era muy joven; ella ha sido mi primer modelo, pero con los años fue cambiando… y a partir de los 50, cambió más… [lo dice delante de ella y con mucho cariño; Mel Ramos habla muy seriamente de su trabajo, pero a menudo sonríe con una sonrisa francamente simpática, y éste ha sido un motivo para sonreír]. Ahora hago fotos de mi hija, que también tiene muchas amigas guapas [y señala uno de los dibujos expuestos, que es un retrato de su hija].

    ¿Cómo fue su relación con Warhol, Lichtenstein y la generación de artistas Pop?
    Warhol era homosexual y se rodeaba de otro tipo de gente. En cambio, con Lichtenstein teníamos mucha relación; su novia trabajaba en una galería y muchas veces íbamos a comer juntos, éramos muy amigos.

    ¿Fueron divertidos aquellos años del Pop Art?
    Nunca me había parado a preguntármelo, pero creo que sí fueron divertidos, era todo muy humorístico, valorábamos la cultura popular, las revistas, los comics… Cada uno de nosotros veníamos de distintos lugares y a finales de los años 60 habíamos llegado a Nueva York, para volver a marcharnos otra vez.

    ¿Qué diferencias cree usted que había entre el Pop californiano y el neoyorkino?
    La principal diferencia es que los artistas de Nueva York ganaban más dinero. En California, una obra de la misma medida costaba menos que en Nueva York, que era el centro del arte, aunque ahora ya no lo es tanto. Otra diferencia fundamental está en el proceso de trabajo; el de Warhol era mecánico y el mío todo manual.

    En estas obras recientes usted ha incluido otras marcas, como Fanta, y productos españoles, como Freixenet y Sangre de Toro…
    El motivo ha sido esta exposición en Barcelona; me interesan mucho los logotipos con diseños bonitos, sean americanos o españoles. El diseño de Fanta naranja me gusta mucho, yo solía trabajar con marcas muy reconocibles, como Coca-Cola, pero he elegido marcas españolas por el diseño; creo que hay muy buenos diseñadores en España, especialmente en Barcelona. Además, en la boda de mi hija sirvieron Freixenet [dice sonriendo] y me gusta mucho la idea de la apropiación.

    Picasso dijo “todo lo que sé lo he aprendido en Horta” y usted decidió ir a Horta de Sant Joan a ver el pueblo que tanto había admirado Picasso y se compró una casa allí…
    La primera casa que compré no tenía taller para poder pintar, pero ahora trabajo en ella, Horta de Sant Joan es un paraíso… con sus montañas, sus olivos, sus viñas, su clima… desde 1972 cada año pasamos tres meses allí, ya son 39 años, y cada año pinto cuatro o cinco cuadros en Horta; el mes de septiembre es para descansar, las playas están vacías, mi playa favorita es la playa de Ampolla… ¡es guapa, muy guapa!. [Mel Ramos habla en inglés, pero de vez en cuando se atreve con el castellano, por eso habla de “playa guapa”]. Esto es muy importante para mi vida, Horta es muy tranquilo, y la gente es muy simpática.

    ¿Qué ha significado Picasso para usted?
    Creo que Picasso fue una persona terrible y muy buen artista. Cambió el mundo del arte, lo cambió todo [Mel Ramos lo dice haciendo un enérgico gesto de expansión con el brazo], hizo posible la carrera de muchos artistas. Pero también hizo cosas horribles, como el caso que tuvo lugar en las cenas de los hermanos Stein en París, frecuentadas por Matisse y Picasso; Matisse había llevado una escultura africana y un día se presentó Apollinaire con una escultura íbera, a Picasso le gustó y se la llevó; luego salió en las noticias que la figura había sido robada del Louvre; Apollinaire dijo que la devolvería al Museo y fueron interrogados y Apollinaire, arrestado… Cuando uno va a Horta, se sabe que Picasso estuvo allí; la calle principal se llama Picasso; en la casa donde él vivió hay muchas reproducciones de sus obras… el espíritu de Picasso está en Horta. En 1909, Picasso se encontraba mal y Manuel Pallarès, amigo suyo de Els 4 Gats, le invitó a ir a Horta de Sant Joan, porque con el aire de allí se sentiría bien.

    Usted ha pintado desnudos de algunas celebridades de Hollywood, como Penélope Cruz, Angelina Jolie…
    Solo pinto las caras, los cuerpos son modelos de amigas, a las que les cambio las caras; no he tenido nunca ningún problema en los veinte años que llevo haciendo esto.

    Su esposa, ¿también es pintora?
    También es pintora, pero no famosa. Pintaba retratos de pintores famosos en Nueva York, como Rauschenberg, Wesselmann… ahora pinta verduras, frutas y legumbres, regalos de nuestros vecinos de Horta. Los tomates de Horta están increíbles, muy dulces, buenísimos; en California no como tomates, son muy ácidos y me sientan mal. Es mi primera y única esposa, llevamos 56 años juntos, hemos tenido 3 hijos y mi hija me hace de manager; también viene a Horta con nosotros y ahora soy bisabuelo, dice satisfecho. [Leta Ramos, que ha estado todo el tiempo escuchando junto a nosotros, interviene y explica cómo disfruta también en Horta pintando las frutas y verduras de sus vecinos, y lo ricas que están. Hablamos un rato, me explica los orígenes del apellido de su marido: su abuelo era de Portugal, de las Azores, de ahí el apellido Ramos. Y nos damos un largo abrazo].

    Un regalo comprometido
    “Entre los artistas era habitual intercambiar obras –dice Ramos- tengo alguna pieza de Warhol; de Lichtenstein, como una taza de café; algunas pinturas de Jasper Johns… intercambiábamos pinturas. Recuerdo que intercambié con Tom Wesselmann una mujer desnuda con un mono y que él tenía enmarcado con un cuadro por el otro lado, y Claire, su esposa, le daba la vuelta cada vez que iba su madre a verles”, recuerda sonriendo.

    La demanda de Claudia Schiffer
    Utilizar en sus obras logotipos de marcas ha provocado más de un quebradero de cabeza al artista. “Tuve problemas en el pasado con Coca-Cola, pero cambiaron la Constitución en Estados Unidos y al cambiar la ley no pudieron hacer nada; la Constitución ampara que se pueda pintar, siempre que no se hagan series largas que supongan un gran beneficio. Con quien tuve problemas fue con Claudia Schiffer, que pinté con una barra de caramelo y ese cuadro apareció en la portada de un periódico de Hamburgo, pues esa misma noche recibí una carta del abogado de la madre de la modelo demandándome. Al final el galerista y yo acabamos pagando el 60% de los costes del juicio y Schiffer, el 40%. Lo que define mi trabajo es la parodia, la sátira, y esto está protegido por la ley.”

    M. Perera

    Mel_Ramos

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