Erc-721, la especificación para el token no fungible en la cadena blockchain Ethereum, ocupa la primera plaza en el ranking anual del Power 100, la lista de las personalidades más influyentes del mundo del arte contemporáneo que desde hace veinte años elabora la revista ArtReview. Los NFT (y con ellos la criptomoneda y todo lo que viene con ella) han revolucionado el mercado del arte, uniendo arte contemporáneo y cultura milenial. Con los asombrosos precios conseguidos por las obras de Beeple y otros en el último año, el mercado del arte ha descubierto una nueva generación de coleccionistas, mientras que artistas de todo el mundo han descubierto una manera de comercializar su arte que deja obsoleto el antiguo sistema. Si se trata de una nueva forma de hacer las cosas o “el traje nuevo del emperador” está por verse, pero artistas, galeristas y museos de todo el mundo se han estado moviendo durante el último año para ponerse al día.
En el segundo puesto de la lista corresponde a la antropóloga Anna L. Tsing, y el tercero, a ruangrupa, el colectivo indonesio que está organizando la exposición quinquenal Documenta en Kassel bajo el concepto de lumbung, un método para compartir colectivamente. El artista estadounidense Theaster Gates es el número 4, seguido por la alemana Anne Imhof en el número 5. La lista se conforma con la aportación de más de 30 entrevistados de todos los rincones del mundo. Cada uno utiliza tres criterios para evaluar quién está dando forma al desarrollo del arte contemporáneo en su región: que las personas en cuestión hayan estado activas durante los últimos 12 meses; que lo que hagan esté dando forma al tipo de arte que se está produciendo ahora; y que su impacto pueda considerarse más global que local. El Power 100 refleja las contradicciones inherentes del mundo del arte.
Mientras que los NFT y las criptomonedas han sido criticadas por su impacto ambiental, en 2021 artistas, comisarios, galerías e intelectuales han reflexionado sobre el cambio climático causado por el hombre y el capitalismo voraz. Entre ellos se encuentran el colectivo indígena australiano Karrabing Film Collective (8), la curadora Lucia Pietroiusti (13), el artista Olafur Eliasson (15) y la lingüista y activista Yásnaya Elena Aguilar Gil (92). La nueva lista, que responde a los acontecimientos de los últimos 12 meses, sigue reflejando cuestiones como las planteadas por el movimiento Black Lives Matter. En el número 9 se encuentra Carrie Mae Weems, cuyas fotografías e instalaciones abordan la subjetividad femenina negra, mientras que Kara Walker, cuyo trabajo también toca cuestiones de raza, género y violencia se sitúa en el 11. Las fotografías de Zanele Muholi (54) han sido aclamadas por la crítica por su exploración de la identidad queer africana. Ebony L. Haynes (35) y Antwaun Sargent (68), ambos comisarios que entran en el sistema de galerías, son pioneros en el cambio estructural en el mundo del arte comercial.
Los museos se han considerado menos flexibles a la hora de abordar las preocupaciones actuales del arte, debido a su burocracia, pero siguen siendo más reactivos en términos de su producción. Esto lo reflejan Achille Mbembe (14), Felwine Sarr & Bénédicte Savoy (16) y Koyo Kouoh (38), quienes han liderado los llamamientos para la restitución de objetos expoliados de África. Nuevos en la lista son los artistas ghaneses Ibrahim Mahama (63) y Amoako Boafo (77), reconocidos no sólo por su arte sino por su trabajo creando instalaciones y oportunidades para sus compañeros en el continente. A ellos se unen el artista franco-argelino Kader Attia (69) y Azu Nwagbogu (92), fundador de la African Artists’ Foundation y director del Festival LagosPhoto.
