Mari Puri Herrero (Bilbao, 1942), es una pintora y grabadora singular, no solo por su condición de artista vasca con más de medio siglo de andadura, sino por haber sido capaz de permanecer a la vera y en sabia equidistancia entre dos medios de expresión que se complementan, los pigmentos de sus telas y los aguafuertes de sus papeles. Esta surcadora de ensueños que habla de lo recóndito a través de lo recóndito, como hacían los líricos expresionistas y simbolistas, nos ha regalado infinitud de mundos maravillosos. Su fidelidad hacia el oficio (le métier de Balthus), le ha revertido más momentos de felicidad que de tristeza. Y eso se nota en una obra nacida tanto de la reflexión imaginaria como de las impresiones alla prima. [Foto: Erea Azurmendi]. Amalia García Rubí