Llamar la atención sobre el poder de las imágenes y deconstruir la visión heteropatriarcal que ha dominado la historia del arte. Esa es la misión de Marina Vargas (1980), una artista fuertemente comprometida con la causa feminista, cuya obra es una constante reflexión sobre los patrones y cánones que han determinado nuestros modos de mirar, sobre los que propone nuevas lecturas. La agenda de la creadora granadina está a rebosar. En estos momentos, participa en la colectiva Dialecto en el Centro de Arte Dos de Mayo, y acaba de presentar en CentroCentro Intra Venus, un valiente autorretrato en mármol de Carrara, testimonio de su lucha contra el cáncer de mama; en febrero, cruza el charco para exponer en Zona Maco, y un mes después se sumará a El árbol de la rabia, proyecto comisariado por Semíramis González, en el Espai d’Art Contemporani de Castelló. Además, junto a la artista Mara León, trabaja en la creación de una plataforma para ayudar a las artistas que padezcan cáncer. Aquí, nos descubre lo que se esconde detrás de una de sus creaciones más emblemáticas: la Venus de Canova o Venus Limbus, que es la portada de nuestra revista. [Jorge Kunitz. Foto: José Luis González]
