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    Cazadores de mitos: Marilyn Monroe

    La nostalgia y la pasión son el motor del coleccionismo de memorabilia, un segmento cuyo mercado no deja de crecer tal como constatamos en un reportaje que publicamos en enero. Los mitómanos creen que los objetos atrapan el espíritu de las celebridades que los poseyeron. O al menos eso piensan coleccionistas de memorabilia como la actriz Debbie Reynolds quien aseguraba: “Cada traje conserva el aura de la estrella que lo llevaba en la gran pantalla. ¿Se puede pensar en El Mago de Oz sin los chapines rubí de Dorothy?. ¿O en La tentación vive arriba sin el vestido vaporoso de Marilyn en la escena del metro?. Yo no puedo. Por eso me compré doce trajes de Marilyn –nos confesó en una entrevista- Todos esos complementos son tan famosos como las propias estrellas que los llevaron. Hay magia en cada hilo, en cada botón y en cada lazo. Muchos de estos artículos maravillosos capturan ese momento especial de una película que nos conmovió profundamente. Para mí, el recuerdo de aquel momento pervive en cada una de estas piezas.” La protagonista de Cantando bajo la lluvia atesoró la más valiosa colección de recuerdos de Hollywood hasta que, en 2011, acosada por las deudas, se vio obligada a subastarla. Reynolds había acumulado cerca de 3.500 trajes, 20.000 fotografías y miles de carteles, junto con infinidad de accesorios, cámaras vintage y bocetos originales realizados por los diseñadores de vestuario. La subasta, organizada por la casa de subastas Profiles in History en varias sesiones, recaudó casi 30 millones de euros. El lote estelar fue el vestido blanco plisado que Marilyn llevó en La tentación vive arriba por el que se pagaron 3,7 millones de euros. Arthur Miller escribió: “Marilyn fue una poetisa callejera que habría querido recitar sus versos a una multitud ávida de arrancarle la ropa”. Esos voraces admiradores se disputan aún hoy todo lo que tenga que ver con la estrella y eso explica que no pase un mes sin que salga a pujas algún fetiche relacionado con ella. El pasado 16 de diciembre, en Christie’s Londres, se ofreció un exótico conjunto de dos piezas que Marilyn llevó para un reportaje fotográfico con Richard Avedon publicado por la revista Life en 1958. Era uno de los escasos trajes que la estrella conservó como recuerdo de uno de los momentos más felices de su carrera; su precio de salida era de 380.000 a 630.000 euros.

    Marilyn Monroe, 1962 ©Bert Stern, cortesía Galerie de l’Instant, París
    Marilyn Monroe, 1962 ©Bert Stern, cortesía Galerie de l’Instant, París.
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