• tendencias del arte

    Pamen Pereira, materia y energía

    Firmas como Hermès o Loewe han reclamado a Pamen Pereira para idear proyectos especiales para sus boutiques. El proceso creativo de esta versátil creadora plástica está íntimamente ligado a su experiencia vital; además, ha encontrado en la introspectiva filosofía zen una sólida base para su práctica artística. Marga Perera

    ¿Cómo llega el arte a su vida? Con 7 u 8 años la pintura y el dibujo empezó a formar parte de mi vida, pero la primera experiencia con el arte, tal como lo entiendo ahora, fue muy posterior, aunque ya intuía algo, no sabía darle forma ni tampoco el alcance que tenía ese movimiento de energía.

    ¿Cuándo empezó a sentirse artista? Cuando terminé Bellas Artes en Valencia decidí dedicarme de lleno a la creación, con toda la inseguridad que esto conlleva. Es una elección de vida que uno toma. Durante los primeros años no te atreves a definirte como artista por pudor, pero llegado un momento superas eso y te reconoces ahí, sin más problema. Dices “esto es lo que hago” y te aceptas.

    ¿Cómo plasma su relación con la naturaleza en su obra? Mi relación con la naturaleza es una proyección de la que tengo con la vida. Es la vida la que me da las claves de casi toda mi obra y así la construyo, desde una expresión extraordinariamente íntima. La vida es la auténtica creación, lo demás no me interesa, son palabrería y formas huecas. El arte destila y da forma a las emociones que a veces incluso sobrepasan nuestro entendimiento. Para mi es una vía de conocimiento y siempre me lleva más allá de lo que yo pensaba.

    ¿Cómo empezó a no poner límites a los medios necesarios para materializar su obra? Cuando la intención de hacer algo es una fuerza imparable, no hay límites que se resistan. El arte es una intención que toma forma en este mundo físico o psíquico. No debe tener límites ni fronteras de ningún tipo. Empieza en la praxis, en el puro proceso de trabajo es donde está el aprendizaje, al menos para mi. En el “hacer”, en el “gesto de hacer”, en el “estar haciendo” es donde te das cuenta de las cosas.

    ¿Ha habido algún punto de inflexión en su carrera? Supongo que el primero fue la elección de enfocarme en esta dirección. Después fue muy importante encontrar el punto de unión entre espíritu y materia, eso era lo que más me inquietaba, entonces encontré la poesía, la alquimia, los místicos, los filósofos de Occidente, y los poetas y sabios de Oriente que me ayudaron a intentar comprender qué es el Ser y como evoluciona. ¿Qué es la existencia? Si no hubiera encontrado un canal para guiarme en esto puede que hubiera seguido otra senda. El arte me ha servido de guía, ha hecho que mis emociones más profundas pudieran adoptar una forma y he ido viendo como las cosas encuentran su expresión en este mundo. La mayoría de las veces me veo como un simple medium en este proceso. El tercer punto de inflexión de mi carrera fue encontrar un método para canalizar, comprender y aceptar toda esta inquietud, y lo hallé claramente en la vía del zen. Desde hace más de 25 años estoy vinculada a esta práctica de la meditación.

    Usted ha vivido un tiempo en Japón, ¿le ha influido de alguna manera la filosofía oriental? Allí me encontré como pez en el agua, en todos los sentidos: el idioma, la comida, la poesía… Mi visión de la vida y el arte coincide con la de la filosofía oriental, y es que la espiritualidad no es nada trascendente. Lo que yo practico a nivel personal es la meditación zen. En esta tradición no se busca ninguna trascendencia. La única que existe está en el momento presente. El “espíritu” está aquí, a ras de suelo, no más allá. Lo que la gente llama “espiritualidad”, si no le sirve para estar en su vida cotidiana más feliz o más reconciliado con el mundo, creo que es inútil.

    ¿Dónde buscar entonces esa trascendencia? En la inmanencia de lo que sucede. La meditación zen no es otra cosa que un entrenamiento de la atención a unos niveles muy sofisticados. El trabajo que se hace es profundo: se estimulan ciertas partes del cerebro. Realmente su propósito es conseguir una atención más plena. Ésa es la transcendencia que yo considero. Lo más sublime se resuelve en lo más cotidiano y seguramente al revés. Esa es la alquimia con la que trabaja el arte.

    ¿Qué importancia tiene para usted el vacío? Es una pregunta difícil. ¿Cómo hablar de lo que en esencia no es? KU, es un concepto clave en la manera de entender la espiritualidad en Oriente. El vacío es la forma, la forma es el vacío. Nada escapa a la naturaleza insustancial de todas las cosas. Llegar a comprender eso es lo verdaderamente importante. Todo el trabajo que hago con lo efímero habla de esto. Lo efímero es lo que mejor nos habla de lo eterno. Y es que no hay otra eternidad que el ahora. No existe el pasado ni el futuro. Sólo existe el presente. En un estado de lucidez, un instante de conciencia equivale a una eternidad.

    En 2005 estuvo dos meses en la Antártida, debió ser una experiencia apasionante… Me fui en diciembre y regresé a primeros de marzo cuando el invierno austral ya había entrado con fuerza. Yo buscaba una experiencia de aislamiento, de retiro en soledad, y curiosamente lo que me encontré fue una experiencia social de lo más intensa. Sí hubo una experiencia de aislamiento pero colectiva, y otra en completa soledad de tres días y dos noches en lo alto del glaciar Buenos Aires cercano a Base Esperanza. Es difícil ir a la Antártida, me siento una privilegiada. Me identifico mucho con ese espíritu romántico que proyecta a la naturaleza cualidades humanas. Cuando el mar embravece, temperamental, desmedido, cuando ruge el glaciar, en plena tormenta de nieve, cuando aparece la aurora… aparece el concepto de “lo sublime” de que habla Kant; sólo el alma humana es capaz de presentir algo de lo que está pasando. La razón no es capaz de procesar eso. Cuando escuchas como se rompe un glaciar, o cuando el mar se empieza a congelar y el viento es el mas frío y seco del planeta. Entonces entras en otro modo, el yo es insignificante. Ya no sientes el viento, eres el viento, ya no ves el hielo, eres el hielo, ya no tocas la nieve, eres la nieve. Descubres y aceptas esa parte de ti salvaje e indomable. Estar profundamente allí, no hay nada más que aquello. Simplemente estar.

    En su obra está muy presente la paradoja Sí, cómo reconciliar lo aparentemente contrario. En la Antártida, debajo de esa capa de tres kilómetros de hielo hay masas volcánicas activas. Allí la paradoja estaba dada. Hay volcanes humeantes completamente cubiertos de hielo, hay sitios donde el hielo es negro porque se mezcla con residuos volcánicos. Compartí momentos y conocimientos con los científicos, glaciólogos, vulcanólogos, sismólogos, biólogos… mi curiosidad con la ciencia es insaciable así que todo esto fue un regalo del que me siento agradecida y afortunada. No tenía ninguna intención de intervenir allí, y desearía que nadie lo hiciese, a no ser que sean intervenciones efímeras, que no dejen rastro del ego humano. Entré en contacto con otra dimensión, con algo muy grande…¡quedé fascinada! También enmudecí.

    También ha hecho obras que evocan el tiempo, la levedad, la fragilidad… Hablo del tiempo lineal y el imaginario que puede moverse hacia delante y hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo, donde entran en juego otras coordenadas, la levedad, la gravedad, la fragilidad de la existencia… lo efímero hablando de lo eterno…en definitiva, la vida y la muerte son temas recurrentes en mi trabajo.

    ¿Podrían considerarse vanitas contemporáneas? Muchas de ellas sí, son bodegones o naturalezas muertas que hacen hincapié en la fragilidad de la existencia y en la toma de conciencia de la verdadera naturaleza insustancial de todas las cosas. Seguimos sorprendidos por la pesadez y opacidad del mundo, atrapados por la gravedad, una fuerza poderosa, unidireccional que nos atrapa, y nos ayuda a descender a lo más denso, a pesar de nuestro constante desafío, todo acaba revelando su peso ineludible y sin embargo sabemos con certeza que todo lo sólido se desvanece en el aire. Recientemente he profundizado más en el tema de la gravedad, con la que llevo casi veinte años jugando.

    En Barcelona, ha realizado instalaciones para los escaparates de Hermès y Massimo Dutti. ¿Cómo es esta experiencia del encargo de un proyecto artístico? ¿Qué repercusión cree que tienen este tipo de encargos para la proyección de los artistas y de las propias empresas? Las veces que he hecho estas colaboraciones fue en concepto de “carta blanca”, es decir yo realizo mi proyecto como artista independientemente de cualquier intención comercial o promocional que tenga la marca. En este caso la marca se promociona por el hecho de tener un artista que colabora con ella ofreciendo una visión diferente a la del escaparate. Suelen ser proyectos complejos, que requieren una buena inversión en producción y un buen equipo de trabajo, así que en ese sentido implica más responsabilidad que la de la obra que hace uno en la intimidad del estudio. La repercusión para el artista depende de cómo lo gestione la marca; Hermès, por ejemplo, tiene un buen equipo de comunicación que se encarga de que el proyecto que ha hecho el artista específico para ellos se difunda en circuitos culturales y llegue al público interesado, no está solamente dirigido a los clientes ocasionales de la marca, sino que hay una buena gestión cultural que apoya el evento. Esto lo he echado en falta en otras ocasiones en las que no se hace ninguna gestión más que la de producir la obra, con lo que parece que no se aproveche suficientemente el esfuerzo en todos los sentidos, el creativo y el económico.

    ¿Cómo ve la situación actual del arte contemporáneo –y de los artistas– en España? Siento que seguimos teniendo el defecto de no valorar suficientemente lo que tenemos, hay muchos y buenos artistas pero se les hace más caso cuando tienen reconocimiento fuera, o se les presta más atención y apoyo a las cosas que vienen de fuera que a las propias. Eso es fruto de una inseguridad a la hora de saber ver y gestionar o de intereses que poco tiene que ver con el arte verdaderamente.
    Pamen Pereira

  • Portada

     

  • Caixaforum

  • Barcelo La Pedrera

  • Museo Picasso Malaga

  • Chillida Leku

  • Museo Mares

  • Lanzarote

  • Museo Goya