La Pintura Antigua es la gran protagonista de la subasta online que Setdart celebra el 20 de abril. El joven y apuesto dios Apolo atendido por las ninfas es el tema de una composición mitológica realizada por un artista próximo al círculo de Hendrick de Clerck. Este lote, uno de los más atractivos del catálogo, se pone a la venta con una estimación de 12.000 a 15.000 euros. Al igual que hizo De Clerck en sus obras, el autor de éste óleo sobre tabla (87 x 123,5 cm) sitúa la escena en un paisaje sereno dividido en dos alturas: la superior con Apolo sosteniendo en su mano izquierda la lira acompañado por un séquito de bellas ninfas; y la inferior, con ninfas que danzan mientras tocan instrumentos (órganos, cítaras) o se dedican a la lectura. Este óleo sigue las directrices estilísticas que consagraron a De Clerck como uno de los artistas flamencos más notables del último manierismo, al mostrar figuras de tratamiento estilizado y gran feminidad, así como colores brillantes en perfecto equilibrio [en imagen].
Otro lote notable es El baño de Betsabé, una composición próxima a los modelos de Andrea Vaccaro, uno de los pintores más influyentes de Nápoles en el siglo XVII. El artífice de esta escena, preciada entre 30.000 y 40.000 euros, recrea el baño de Betsabé, cuya belleza encandiló al rey David, un capítulo recogido en el Antiguo Testamento que le sirve de pretexto para brindar un pudoroso desnudo femenino pues su protagonista se representa en ropa interior dentro de una fuente. La obra sobresale por su excepcional técnica, en el que los finos rostros, el delicado modelado de los cuerpos, los ricos tejidos de las vestimentas y las suaves veladuras del agua adquieren un protagonismo absoluto. Este cuadro conserva al dorso una etiqueta de la Junta de Incautación, lo que evidencia el interés que despertó entre los responsables de la protección del patrimonio artístico [en imagen].
Considerado el padre de la escuela cordobesa, Antonio del Castillo (Córdoba, 1616-1668) firma un Calvario (51 x 100 cm) de enorme intensidad espiritual valorado entre 25.000 y 30.000 euros [en imagen]. El cuerpo de Cristo ocupa estratégicamente el centro exacto del lienzo, flanqueado por los dos ladrones condenados junto a él, cuyas cruces aparecen simbólicamente ladeadas, como si adoptaran una actitud humilde en deferencia al Señor. El artista maneja con audacia la luz para someterla a fórmulas tenebristas que cincelan los cuerpos fallecientes, modelan los torsos pálidos con naturalismo, apresando el pathos. Las tres figuras que, al pie de la cruz, gesticulan su dolor, son María Magdalena, San Juan Evangelista y la Virgen María. Aunque no existen pruebas efectivas de ello, se cree que Del Castillo pudo llegar a Sevilla, donde según indica Palomino ingresó en el taller de Zurbarán.
