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    Recuerdos de familia

    Patricia Edwina Victoria Mountbatten, segunda condesa Mountbatten, tataranieta de la reina Victoria, sobrina-nieta de la última zarina de Rusia, prima carnal del príncipe Felipe de Edimburgo e hija del último virrey británico de la India, nació en 1924 en el seno de una dinastía con infinitas conexiones regias y políticas. Tuvo una educación poco convencional en la que eran habituales los fines de semana con el rey Eduardo VIII y Wallis Simpson en la finca de sus padres en Hampshire hasta ser huésped de los Vanderbilt en su apartamento palaciego de la Quinta Avenida en Nueva York donde se refugió de los bombardeos nazis en Londres. Esta subasta pone a la venta el 24 de marzo en la sede londinense de Sotheby’s 350 lotes procedentes de Newhouse, la mansión dieciochesca de la familia Mountbatten, con precios de salida de 80 a 115.000 euros.
    La madre de Patricia, Edwina Mountbatten, era una de las mujeres mejor vestidas del mundo, admirada por su estilo y su envidiado joyero. Era conocida por viajar siempre con todas sus alhajas, pues decía que nunca sabía cuándo podría tener que usarlas. Sentía especial predilección por las joyas tutti frutti Art Decó, que se inspiraban en las coloridas gemas de la India. Una de sus favoritas era una tiara Cartier aderezada de diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros con la que fue inmortalizada por el fotógrafo Cecil Beaton. Esta diadema, que hasta hace poco estuvo cedida en el museo Victoria & Albert, se ofrece entre 47.000 y 70.000 euros [en imagen].
    La familia Mountbatten eran grandes amantes de los animales y poseían un excéntrico grupo de mascotas, desde un caballo regalado por el maharajá de Jaipur a un cachorro de león que se trajeron de Sudáfrica. Tal vez por eso no sorprenda encontrar entre los lotes un bolsito en oro y diamantes que tiene la extravagante forma de cerdito. Realizado en 1905 por la casa Lacloche Frères se vende entre 2.300 y 3.500 euros. En 1921, dos años después de que Edwina conociera a su futuro esposo, Louis Mountbatten, murió su abuelo materno, el legendario coleccionista Sir Ernest Cassel, que era asesor financiero del rey Eduardo VII, quien por cierto era el padrino de Edwina, en cuyo honor le pusieron su nombre. La joven de 21 años heredó una enorme fortuna además de extraordinarias colecciones de plata antigua y jades chinos. La pareja rehabilitó completamente la mansión Belle Époque de Sir Ernest en la que se construyeron un coqueto apartamento Art Decó en las dos últimas plantas. En sus habitaciones acomodaron la colección familiar de antigüedades entre las que se encontraban piezas como un león tallado en jade blanco de la dinastía Qing, valorado entre 17.000 y 27.000 euros. El padre de Patricia, Louis Mountbatten, estaba estrechamente relacionado con la familia real rusa tanto por vía materna como paterna: su tía fue la última zarina, con la que pasó muchos veranos, de ahí que varios lotes de la colección familiar estén vinculados a la Rusia Imperial, entre ellos un reloj Fabergé con esmalte azul celeste, preciado entre 17.000 y 27.000 euros, que los aristócratas tenían en su dormitorio.
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