Contratar un seguro de arte no solo ofrece protección a las obras más valiosas de una colección frente el robo, el fuego y otros daños sino que también puede ayudar a establecer de forma indirecta su valor, procedencia y autenticidad pues las piezas son sometidas a un minucioso examen y escrutinio por parte de especialistas. Mauricio Álvarez de Bohorques, Director General de AXA ART España, nos introduce en el mundo de los seguros de arte en un revelador reportaje que publicamos en nuestro número de noviembre. [Imagen: Céfalo y Procris, Philippe de Champaigne. Colección AXA ART. Cortesía Paris Tableau]
¿Cuáles son las particularidades del método de evaluación de AXA ART?
Recibimos a diario propuestas para asegurar colecciones y obras de arte concretas. Esto hace que permanentemente estemos haciendo valoraciones. Los métodos son muy variados: desde la obtención semanal de los resultados de las ventas internacionales, bien sean privadas, casas de subastas o instituciones, pasando por el análisis de nuestros propios expertos así como consultas a colaboradores especializados en determinados artistas o escuelas, etc. Pero en cualquier caso, siempre lo hacemos en sintonía con nuestros clientes que, por regla general, poseen un bagaje cultural consistente.
Incluso en tiempos de crisis económica, el negocio del seguro del arte ha crecido. ¿Por qué?
Por la sencilla razón de que el arte es también una forma de inversión financiera. Y precisamente en los ciclos de crisis, o incluso fuera de ellos, es una manera de diversificar el patrimonio, y muy rentable. Solamente hay que ver el recorrido alcista que han tenido los precios de venta de muchos artistas del siglo XX, algunos aún vivos. Difícilmente se podría encontrar un producto más atractivo en los mercados financieros, en términos de revalorización y que, en determinados casos, parece que no tienen techo. Pero por encima de cualquier rentabilidad, el arte produce gozo, y eso no tiene precio.
