• tendencias del arte

    Sondra Gilman y Celso González-Falla: Donde el corazón te lleve

    Sondra Gilman y Celso González-Falla

    Según Edward Weston la fotografía debía permitir “ver más allá”; Robert Frank la definía como “lo que es invisible a los demás”; para Robert Adams, en cambio, se trataba de “una alquimia”. La coleccionista Sondra Gilman la describe como “un vuelco en el estómago” mientras que su esposo Celso González-Falla se acerca a ella “desde un punto de vista más analítico.”

    El matrimonio Gilman González-Falla lleva más de media vida recopilando imágenes y, según la revista ARTnews, están entre los diez coleccionistas de fotografía más influyentes del mundo.

    La primera piedra la puso Sondra allá por los años 70, adquiriendo directamente del MoMA tres copias excepcionales de Eugène Atget, y desde entonces la colección no ha dejado de crecer con criterio y buen gusto, hasta las casi 900 piezas. Gilman, además, ha demostrado tener un olfato envidiable para detectar el talento pues advirtió la originalidad de artistas como Hiroshi Sugimoto y Vik Muniz cuando éstos principiaban sus carreras. La vinculación de Celso González-Falla con el medio es igualmente intensa, pues es el presidente del patronato de la reputada Aperture Foundation.

    Aunque tienen una aproximacion diferente a la fotografía –él analiza el color y la forma, mientras que ella responde a las imágenes de manera más instintiva- sus distintas perspectivas convergen en un mismo objetivo: obras importantes de los mejores fotografos de su generación que sean copias de época (vintage).

    “Nos vemos como custodios de las piezas que atesoramos y sentimos una obligación para con el fotógrafo de permitir que su obra sea vista y expuesta tanto como sea posible –explican–. No somos sus dueños. Nadie puede poseer el arte. Somos los guardianes encargados de protegerlo y transmitirlo a la siguiente generación. Nos sabemos privilegiados de poder convivir con estos tesoros.”

    El pasado mes de septiembre el Museo Whitney anunciaba la promesa de donación de 75 fotografías de Sondra Gilman y Celso González-Falla. “Las obras son clásicos de la fotografía que nos permitirán contar la historia del arte estadounidense del siglo XX –señaló Adam D. Weinberg, director del museo- Estamos profundamente agradecidos a Sondra y Celso, que han formado una de las colecciones de fotografía más renombradas del mundo, por su extraordinario apoyo y lealtad al Whitney. Con su donación nuestra colección asciende de nivel.” Elisabeth Sussman, conservadora de fotografía de la pinacoteca, declaró: “Debemos a Sondra la creación del departamento de fotografía del Whitney; ella y Celso han sido los mayores valedores que ha tenido la fotografía en el museo a lo largo de toda su historia. Estas setenta y cinco obras son absolutamente esenciales para nuestra colección, son obras maestras y copias magistrales de las principales figuras de la fotografía americana del siglo XX. El impacto en nuestra colección es inmenso.”

    Sondra Gilman, neoyorkina, y Celso González-Falla, de origen cubano aunque establecido en Estados Unidos desde hace más de cuatro décadas, responden a nuestras preguntas desde su residencia en el Upper East Side neoyorkino en la que, además de sus maravillosas fotografías, conviven con obras singulares de artistas como Roy Lichtenstein, Andy Warhol, Dale Chihuly, Christo y Frank Stella, entre otros.

    ¿Qué motivó su donación al Museo Whitney?
    Sondra Gilman (SG):
    El museo inició su colección de fotografía en 1991 y en aquel momento, constreñido por las imágenes disponibles y por los precios, sólo pudo permitirse copias datadas a partir de 1975. Debido a que empezó con retraso a adquirir fotografía quedaron fuera de su alcance trabajos de fotógrafos norteamericanos cuyas mejores obras habían sido realizadas antes de esa fecha. Celso y yo pensamos que estaría bien compartir algunas imagenes icónicas vintage de nuestra colección para llenar ese vacío.

    Celso González-Falla (CGF): Mi esposa, con el apoyo de Leonard Lauder, Presidente de la Junta Directiva del Whitney, y David Ross, que entonces era el director del museo, puso en marcha la colección de fotografía del Whitney. Sondra, miembro del Consejo de Administración del museo, fue nombrada jefa del Comité de Adquisición de Fotografía. Hoy en día, el cargo de consevador lleva su nombre, así como la galería de fotografía en el edificio Whitney Breuer. Nuestra propia colección se albergará en la Gilman and González-Falla Arts Foundation, creada para promover la fotografía. La donación prometida al Whitney -setenta y cinco imágenes- subsanará una laguna en su colección que hubiera sido casi imposible de llenar.

    ¿Qué imágenes son las más importantes del conjunto?
    SG
    : ¡Eso es como preguntar cuál es tu hijo favorito!

    Llevan coleccionando juntos casi 28 años. ¿Recuerdan su primer Mapplethorpe?
    CGF: Estábamos en Houston visitando la Texas Gallery que presentaba una exposición de fotografías de Mapplethorpe. Una de ellas era un retrato del famoso coreógrafo, Bill T. Jones, tomado en 1985. Aquella imagen nos cautivó. El bailarín posaba derecho, pero uno de sus pies aparecía borroso, como si no pudiese estarse quieto.
    SG: Nunca compramos una imagen a menos que ambos estemos de acuerdo. Aquel fue nuestro primer Mapplethorpe. Después adquiririmos más fotografías suyas y patrocinamos su exposición en el Whitney.
    CGF: En 1988 Mapplethorpe hizo dos retratos de Sondra. Son fotografías muy bellas con una gran composición. Cuando tuvo problemas debido a la censura de sus obras apoyamos su fondo legal.

     Hay quien dice que al coleccionar fotografías coleccionan el mundo. ¿Cómo describirían su mundo?
    CGF
    : Ecléctico, poético, amoroso, artístico y vanguardista. Nuestro mundo real está colmado por nuestra familia, nuestras obras de arte y nuestros animales. Nos encanta viajar a diferentes lugares, recordarlos, y soñar con los sitios que nos hubiera gustado conocer. En nuestras paredes colgamos imágenes que hacen latir nuestro corazón.
    SG: Podemos creer que vivimos en un mundo sencillo y sin complicaciones. Deseamos creer que el nuestro es un mundo de belleza. Somos conscientes de que ese mundo no existe en realidad, pero nosotros lo recreamos en nuestras paredes.

    Celso, usted nació en Cuba. ¿Hay fotógrafos cubanos, o latinoamericanos, en su colección? ¿Y españoles?
    CGF
    : Nuestra colección no tiene en cuenta el lugar de nacimiento del fotógrafo, sino la atracción que experimentamos por la imagen y el trabajo del artista. Tenemos obras de fotógrafos que nacieron en Cuba; algunos todavía trabajan allí mientras que otros abandonaron la isla. Por ejemplo, vimos por primera vez la obra de Cirenaica Moreira en ARCO, la conocimos y compramos su trabajo. También tenemos piezas de Mario Algaze, Gabriel Alom, Sylvia Lizama, María Martínez-Cañas, Ana Mendieta, Abelardo Morell, Maritza Molina, Andrés Serrano y Marta Pérez Bravo. Tenemos un fotógrafo español, Pablo Genovés a quien también conocimos en ARCO. Admiro su trabajo. Poseemos una preciosa fotografía de las Torres Gemelas, un regalo de Juan Rodríguez, a quien conocimos en Santiago de Compostela, cuando visitamos la exposición de Paul Strand. Conozco bien el trabajo de los fotógrafos cubanos que viven en el exilio, porque soy patrono de la Cintas Foundation, que los apoya y alienta.

    Man Ray, Mannequin’s Hand

    Man Ray, Mannequin’s Hand, c 1930

    Walter Benjamin decía que el coleccionista pinta con su propia colección. ¿De qué manera refleja su colección sus experiencias vitales y profesionales? ¿Qué debe tener una imagen para seducirles?
    SG
    : Estudié Arte en la universidad, por lo que la colección es un reflejo de lo que aprendí allí pero también lo que he ido descubriendo desde entonces. Aunque el ojo es el mejor maestro. Al principio empecé coleccionando pinturas y esculturas. Luego, en el MoMA, después de ver una exposición de Eugène Atget, tuve una epifanía y adquirí mis primeras tres fotografías. La imagen tiene que hablarme. Debo experimentar una ‘reacción visceral’. Si al ver una fotografía me da un vuelco el estómago y me tiembla el corazón, entonces tengo que poseerla. Es algo simple, pero sólo sucede después de ver muchísimas fotos, y, por lo general, suelo seguirle la pista al artista durante un período de tiempo.
    CGF: Me encanta hacer fotografías, de hecho, me considero un fotógrafo aficionado. Estoy más abierto a enamorarme de un fotógrafo nuevo que mi esposa, que tiene un ojo excelente pero es muy exigente. Una imagen tiene que conquistarme. Tiene que decirme: quiéreme… llévame a casa … siento que debo responder a esta llamada cuando no puedo olvidarla, cuando parece más grande y más vibrante en mi mente, cuando cierro los ojos y todavía está allí. Es como un flechazo, pero en lugar de una mujer, lo que sostienes en tus manos es una imagen … Las fotografías que coleccionamos no tienen que reflejar nuestros intereses profesionales, ni tampoco tienen que ver con donde nacimos o crecimos. El requisito es que sean de época y las mejores.
    SG: El primer libro sobre nuestra colección se publicó en los años noventa y su autor fue Adam Weinberg, quien, en aquel momento era conservador del Whitney, y ahora es su director. Se llamaba Desde el corazón y su título aludía a nuestra forma de coleccionar. Lo que buscamos en una imagen es sencillo: debe emocionarnos.

     Su colección compendia toda la historia de la fotografía. ¿Qué épocas y movimientos les resultan más interesantes?
    SG:
    A día de hoy nuestra colección abarca tres siglos: XIX, XX y XXI. Tenemos muy pocas fotos anteriores a la década de 1900, únicamente las de Margaret Cameron y Charles Marville.
    Quisiera recordar a John Szarkowski quien me influyó mucho. Fue un gran conservador, profesor, fotógrafo, historiador y connoisseur. Le conocí cuando era miembro del Junior Council del MoMA. El museo presentaba entonces una exposición de fotografías de Atget y después de verla varias veces, fui a su despacho y compré mis primeros tres Atget. Por aquel entonces estaba empezando a coleccionar fotografía para mi difunto marido, Charles Gilman Jr., para mi misma y para la empresa Gilman Paper Company. Adquirí fotógrafos californianos del movimiento M-64, como Ansel Adams, Berenice Abbot, Edward Weston, Imogen Cunningham y Minor White, así como otros ajenos a ese grupo como Diane Arbus, Walker Evans, Paul Caponigro, Richard Misrach, Ilse Bing, Jacques H. Lartigue, William Eggleston, André Kertész y Brassai… Cuando me casé con Celso empezamos a incorporar fotógrafos como Robert Mapplethorpe, los gemelos Mike & Doug Starn, Wayne Bullock, Margaret Bourke White, Bruce Davidson, Ray Metzger, Bill Brandt, Manuel Alvarez Bravo, Mitch Epstein, Robert Adams, Sally Mann e Hiroshi Sugimoto, entre otros.
    CGF: También hemos ido añadiendo fotógrafos europeos como Olivo Barbieri, Luigi Ghirri, Mario Giacomelli, Robert Doisneau, Henri Cartier Bresson y Stéphane Couturier. En estos momentos estamos adquiriendo obras de artistas contemporáneos que cultivan formas no tradicionales de fotografía, eliminando la cámara y utilizando únicamente la luz y el papel fotográfico.

    ¿Cuál fue la adquisición más ambiciosa, desde un punto de vista financiero?
    CGF
    : Nunca tomamos una decisión basada en el precio de la fotografía. La decisión se basa en si deseamos que ésta figure en nuestra colección, y si el precio de compra está dentro de lo razonable. Sin embargo, algunas de nuestras pujas en subasta han establecido un precio récord para ciertas fotografías. Lo que nos sorprendió es que años más tarde, los nuevos precios llegaron a superar incluso los que nosotros habíamos pagado. Por ejemplo, la imagen Tricycle (Memphis) de William Eggleston, que compramos en Christie’s, no ha dejado de batir récords. Adquirimos nuestro segundo Andreas Gursky en subasta, y tuvimos que pagar por él una suma considerablemente más alta de la que habíamos abonado por la primera fotografía, que habíamos comprado antes de que se hiciera famoso.

     Dicen que compran aquello que no pueden olvidar
    CGF
    : Esa es la esencia del coleccionista. Necesitas poseer la imagen. La deseas. Es la razón por la que visitas galerías, museos y ferias. Para ver y reflexionar. Y de pronto descubres una imagen que te sacude. Mi esposa se guía por el instinto, por sus ‘tripas’, pero yo soy justo lo contrario, en mí manda la cabeza. El proceso comienza cuando adviertes que una imagen no te abandona, que no puedes sacártela de la cabeza. Es como una obsesión. Y ahí comienza la caza. La búsqueda por tratar de encontrarla. Averiguar si se trata de una fotografía de época y está en buenas condiciones. Mirar, buscar, negociar y comprar. De esto trata el coleccionismo. Tu colección es una declaración de lo que te gusta y puedes permitirte.

    ¿Deciden solos o cuentan con asesores?
    CGF
    : Mantenemos conversaciones con conservadores y galeristas acerca de distintos fotógrafos. También leemos libros y revistas. Visitamos galerías y ferias de arte, pero la decision final la tomamos únicamente nosotros.

    ¿Cómo ha evolucionado el mercado de la fotografía?
    CGF
    : Todo el mercado del arte se ha vuelto “más caro”. Los precios de las fotografías en general han aumentado considerablemente en los últimos cinco años. Hay más conciencia de la fotografía como una forma de arte seria. Algunos fotógrafos solo se llaman a sí mismos “artistas”. Además existe un grupo más nutrido de coleccionistas interesados por la fotografía, y son muy competitivos.
    SG: Además, la rareza de las imágenes vintage excepcionales ha sido finalmente reconocida. Pueden cotizarse hasta seis veces más que una copia que no sea de época.

     En su casa conviven con obras de grandes artistas. ¿Cuáles son las más especiales?
    CGF
    : Mi esposa coleccionaba pintura y escultura antes de comprar su primera fotografía de Atget. Personalmente, me encanta la obra que poseemos de Agnes Martin, y el Ellsworth Kelly.
    SG: Y también mencionaría nuestros tres Warhols, uno de ellos es un retrato mío, así como los dos Frank Stellas.

    Vanessa García-Osuna
    ©The Gilman Gonzalez-Falla Collection

     

  • Portada

     

  • Caixaforum

  • Barcelo La Pedrera

  • Museo Picasso Malaga

  • Chillida Leku

  • Museo Mares

  • Unicaja

  • Museo Goya