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    La soledad era esto

    La subasta bianual de Pintura europea del siglo XIX que se celebra el 6 de junio en la sede londinense de Sotheby’s estará encabezada por un exquisito interior de Vilhelm Hammershøi, reverenciado como uno de los más singulares artistas daneses. Pintado en 1899, White Doors tiene una estimación de 470.000 a 700.000 euros. Claude Piening, director del departamento de Pintura del XIX de Sotheby’s, ha señalado: “Hammershøi toma el interior doméstico como tema fundamental, inspirándose en su propio apartamento de Copenhague como espacio para algunas de sus más valoradas composiciones. Las habitaciones escasamente amuebladas, las paredes en gris plomo y las sólidas puertas pintadas de blanco proporcionan al artista un ambiente ideal para sumergirse en un mundo propio y herméticamente aislado del exterior. La cálida luz del crudo invierno danés ilumina la secuencia de espacios que, en este lienzo, transforma el resplandor silencioso en una poética sinfonía de tonos y luces. Cuando Hammershøi mira hacia el pasado, busca las calladas ensoñaciones del siglo XVII holandés, y especialmente las de Johannes Vermeer, explorando el concepto de soledad con una intensidad psicológica absolutamente propia de un artista moderno. A pesar de la desazón que sus obras produjeron en muchos de sus contemporáneos, la reputación del artista tanto en Dinamarca como en el resto de Europa creció exponencialmente a lo largo de su vida. White Doors figura entre las primeras obras de Hammershøi realizadas en el número 30 de Strandgade, la casa que ocupó entre 1898 y 1909 con su mujer Ida. La vista del comedor fue recreada de diversas maneras; en este lienzo, se presenta a través de una serie de puertas que actúan enmarcando los espacios que se van proyectando e insinuando. En este sentido de búsqueda, resulta, sin duda, una de las pinturas más completas y atractivas del artista. Hacia 1900, White Doors fue comprada directamente a Hammershøi por Axel Otto Henriques, conocido dramaturgo satírico, crítico de arte y amigo del artista. La pintura permaneció en la familia, siendo heredada por la hija de Henriques, Inger, y, posteriormente, por el hijo de ésta, Jens Risom, que fue uno de los primeros en introducir el diseño escandinavo en Estados Unidos. Su popular sillón Risom Chair, que se sigue produciendo, fusionaba las líneas escandinavas con la artesanía estadounidense, y una de sus butacas se hizo famosa cuando el presidente Lyndon Johnson la eligió para el Despacho Oval de la Casa Blanca.»

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