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    Un Van Dyck musical

    Este elegante retrato de medio cuerpo del músico Hendrick Liberti, vestido de negro, con tres cadenas de oro y apoyado en una columna mientras sostiene una partitura, es una obra de Anthony van Dyck y perteneció al que fuera el más importante mecenas del artista, el rey Carlos I, que lo atesoró hasta la dispersión en 1650 de su colección pictórica. El 2 de diciembre sale a pujas en Christie’s tasado entre 3,1 y 4,4 millones de euros. Considerado uno de los más notables retratos de Van Dyck de su segundo período de Amberes, este cuadro estuvo colgado en el Palacio de Whitehall hacia 1639, y posteriormente fue adquirido por el estadista Henry Bennet, primer Conde de Arlington, quedando en posesión de sus descendientes, los Duques de Grafton, hasta su venta en Christie’s en 1923. Lo emocionante del caso es que lleva sin ser visto en público, ni siquiera por los expertos en la obra de Van Dyck, desde hace casi un siglo. Liberti, el modelo, fue nombrado organista de la catedral de Amberes en marzo de 1628, ostentando ese cargo durante más de cuarenta años. Van Dyck tenía dieciocho años cuando Liberti se trasladó a Amberes, y ya se había forjado una reputación como el más avezado de los jóvenes discípulos de Rubens. Dado que los mundos artísticos y musicales estaban estrechamente unidos, es muy posible que se conocieran antes de que Van Dyck se marchara a Italia. En nuestro número de diciembre reseñamos la salida al mercado de esta obra singular.

    Van Dyck
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