Se dice que la primera formación de Bernard van Orley fue al lado del genial Rafael, en Roma. En 1518 fue nombrado pintor de cámara de Margarita de Austria en sus palacios en Bruselas y Malinas, y por esa misma época su camino se cruzó con el de Durero, un encuentro que influyó en la posterior evolución de su pintura. Su labor en la corte flamenca acabó de forma abrupta en 1527, tras incoarse un proceso contra él por herejía. Tras la muerte de la reina, solicitó de nuevo un puesto en la corte al servicio de la nueva gobernadora, María de Hungría, cargo que le fue concedido. Su taller, en el que trabajaban también tres de sus hijos, fue uno de los más grandes del Renacimiento y de ahí, además de sofisticados retratos, salieron exquisitos tapices y vidrieras. [Margarita de Austria © Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique / Koninklijke Musea voor Schone Kunsten van België]
