Georg Baselitz (1938) pintó El último autorretrato I, en 1982, en un periodo en que se hallaba en su apogeo como artista. Este angustioso lienzo en rojos, amarillos y ardientes azules, que procede de la renombrada colección del francés Marcel Brient, rinde homenaje a Edvard Munch. Después de representar a Alemania en la Bienal de Venecia de 1980, Baselitz participó en una serie de exposiciones como A New Spirit in Painting (1981) en la Royal Academy de Londres o la Documenta 7 (1982), que le propulsaron al estrellato internacional. Estimado entre 5 y 6 millones de euros, Phillips lo saca al mercado el 20 de octubre coincidiendo con las exposiciones que sendas galerías de Londres -White Cube (Darkness Goldness) y Michael Werner (I Was Born into a Destroyed Order)- le dedican a sus creaciones más recientes.
