La exposición Barcelona: zona neutral (1914-1918), presentada por la Fundació Joan Miró de Barcelona y patrocinada por la Fundación BBVA, refleja los cambios experimentados por Barcelona durante la Primera Guerra Mundial y su entrada en la modernidad en un contexto de tensiones políticas, sociales y culturales. Los comisarios Fèlix Fanés y Joan M. Minguet explican la riqueza cultural y social que supuso la neutralidad para la Ciudad Condal a través de más de 400 piezas entre pintura, escultura, dibujo, fotografías, carteles, cine, ilustración y revistas de la época en una muestra que puede visitarse hasta el 15 de febrero. Mientras gran parte de Europa participaba en el conflicto bélico, Barcelona fue testigo de varios cambios culturales: los artistas catalanes se iniciaban en la vanguardia influidos por sus estancias en París (Sunyer, Gargallo o Togores); muchos creadores extranjeros llegaban a la ciudad huyendo de la guerra (Picabia, Gleizes, Otho Lloyd, Olga Sacharoff o Arthur Cravan); Picasso se instalaba temporalmente en Barcelona en 1917; algunos artistas barceloneses se desplazaban al frente de batalla para retratar la guerra; y la Exposición de Arte Francés se celebra en la ciudad y no en París, precisamente a causa del conflicto. Esta neutralidad acarrea también otros cambios a la ciudad: económicos, políticos, laborales y sociales. Barcelona vive la tensión entre los dos bloques de la guerra en una división social entre aliadófilos y germanófilos, la propaganda de ambos bandos a través de las revistas, la entrada en la modernidad industrial con las primeras grandes huelgas, un importante aumento de la población y la explosión de la oferta de ocio con el deporte, los parques de atracciones, la vida nocturna y el cine. [Imagen: Joaquín Torres-García, El entoldado, 1917]
