Al igual que el león que se abalanza hambriento sobre el antílope en el famoso cuadro de Henri Rousseau [en imagen], en la Beyeler también sienten un voraz apetito, pero en este caso, de arte. La nueva presentación de la colección del museo suizo se sustenta en obras maestras del arte moderno y contemporáneo como las frágiles y emblemáticas serigrafías de Henri Matisse hasta el grupo de figuras que Alberto Giacometti concibió originalmente para el Chase Manhattan Plaza de Nueva York. Louise Bourgeois cuenta con una sala sólo para sus esculturas en las que hizo, si no visible, al menos tangible el subconsciente. También se exponen tres conmovedoras pinturas creadas por Vincent van Gogh poco antes de morir que entablan un hermoso diálogo con trabajos de Paul Cézanne y Edward Hopper.
