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    El momento Basquiat – Museo Guggenheim Bilbao. Hasta el 1 de noviembre

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    Famoso a los 20 años por sus transgresores dibujos y pinturas, Jean-Michel Basquiat (1960–1988) revolucionó el mundo del arte de Nueva York a comienzos de los 80. Aunque su carrera se vio truncada por su prematura muerte a los 27 años, su trabajo continúa teniendo una enorme influencia como acredita la exposición Jean-Michel Basquiat: Ahora es el momento, presentada por el Guggenheim de Bilbao, que incluye un centenar de pinturas de gran formato y dibujos provenientes de museos y colecciones particulares. Durante su corta y precoz trayectoria, Basquiat no cesó de crear nunca. En una ocasión, cuando le preguntaron acerca de la ingente producción que realizaba, declaró que no sabía qué otra cosa hacer consigo mismo. Descritas por el propio artista como “el trampolín hacia las verdades más profundas del individuo”, sus vitalistas y emotivas pinturas remitían al arte de la calle pues partía del graffiti conceptual y empleaba a modo de lienzos materiales reciclados como puertas abandonadas o embalajes. En 1976, Basquiat y su amigo Al Diaz comenzaron a pintar con espray en las paredes del bajo Manhattan bajo el pseudónimo SAMO©, que aludía a la frase “SAMe Old shit” (“la misma mierda de siempre”). Sus trabajos manipulaban las palabras con ingenio, con la intención de provocar a quienes los veían. La fama de Basquiat fue creciendo rápidamente; formó una banda de rock, apareció en el film indie de Edo Bertoglio Downtown 81 y entabló amistad con Andy Warhol. Su primera exposición en solitario, que se celebró en 1982 cuando solo tenía 21 años, se vendió al completo. Fruto de su repentina popularidad comenzó a relacionarse y compartir ideas con celebridades como David Bowie o Madonna, con quien salió durante un breve espacio de tiempo. También apareció en algunos vídeos musicales y protagonizó la portada de la revista del New York Times. El enfoque artístico de Basquiat, innovador y provocador, aportó a la escena neoyorquina de los años ochenta un lenguaje visual radical que abordaba temas como el racismo, la lucha de clases, la hipocresía social y la historia negra. Se inspiraba tanto en el arte elevado, como el Expresionismo Abstracto y el Arte Conceptual, como en el hip hop, el jazz, el deporte, los cómics y el graffiti, empleando motivos recurrentes para explorar los temas fundamentales en su arte y en su vida.

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