“La colección de la Casa de Alba constituye un patrimonio excepcional y su presentación en el Centro Cultural Fundación Unicaja de Málaga supone una auténtica celebración del mecenazgo y del coleccionismo”, afirma Emilia Garrido Oliver, responsable de Artes Plásticas de la Fundación Unicaja, sobre la exposición que muestra al público los tesoros artísticos, documentales e históricos atesorados por esta dinastía nobiliaria. La muestra reúne 250 obras, entre pintura, escultura, artes decorativas y documentos, procedentes de los palacios de Liria (Madrid), Monterrey (Salamanca) y Las Dueñas (Sevilla). “Cada palacio tiene su propio espíritu. Y así se refleja también en la colección”, sostiene Álvaro Romero Sánchez-Arjona, director cultural de la Fundación Casa de Alba, y comisario de la muestra, “el de Liria tiene sin duda la colección más completa, pues abarca muchos periodos. Pero especialmente relacionado con él, está la galería de los Estuardo, cuya rama española, los duques de Berwick, fueron los responsables de la construcción del palacio. El de las Dueñas alberga también una gran colección artística, no solo de pintura, pues allí se custodian tapices de enorme valor estético e histórico. Y en el de Monterrey se guardan los dos únicos paisajes de Ribera.”
“Es una exposición muy completa”, asegura, “pues los duques de Alba a lo largo de los siglos han mantenido contactos con los principales artistas de cada época, y eso se manifiesta en las piezas que se conservan de Sánchez Coello, Tiziano, Goya, Madrazo, Sorolla o Zuloaga, entre otros muchos.” Cincuenta de las obras expuestas son inéditas, pues se encuentran habitualmente en dependencias privadas, entre las que el comisario resalta, entre otras, “una maravillosa vista de la ciudad de Palermo, o documentos que solo han sido manejados por investigadores, y otros objetos de gran valor para la historia familiar.”

La exposición malagueña se apoya también en un extraordinario conjunto de documentos, entre ellos el testamento de Fernando el Católico, cartas de Tiziano o de las reinas Isabel I de Inglaterra y María Estuardo. “Nos hubiera gustado llevar más, porque el archivo histórico es muy rico y contiene algunos fundamentales, no solo para esta casa nobiliaria, sino relacionados con la historia de España y la historia universal”, precisa Romero Sánchez-Arjona, “hemos realizado una pequeña selección de cartas, que tienen relación con las secciones de la exposición y pueden conmover al público”. En la muestra se da a conocer también a algunos de los miembros más ilustres de esta saga. Personalidades conocidas en el ámbito académico, pero más desconocidas por el público entre las que el comisario menciona a los marqueses del Carpio, el duque Carlos Miguel, la emperatriz Eugenia y los duques Jacobo y Cayetana, “pues gracias a ellos, la colección de la Casa de Alba es lo que es”.
La emperatriz Eugenia de Montijo, que fue cuñada y tía de los duques de Alba, cuenta con un apartado específico. “La razón es que su impacto en la familia fue muy importante desde muchos puntos de vista. Fue una madre para sus sobrinos, debido a la repentina muerte de su hermana Francisca, pero también una mujer muy vinculada con las artes. Cuando fallece en 1920 en Liria, legó a su sobrino nieto, una colección enorme de retratos y objetos familiares.” Los Alba siguen acrecentando su colección iniciada hace seiscientos años, como confirma Romero Sánchez-Arjona, “recientemente, hemos adquirido un busto de Mariano Benlliure de la XVII duquesa de Alba, María del Rosario Silva y Gurtubay, que completa el gran despliegue de retratos familiares realizados por el gran artista valenciano.”

Mecenazgo como motor de innovación
“A lo largo de seis centurias, la Casa de Alba ha desempeñado un papel fundamental en el mecenazgo artístico y cultural, posibilitando que creadores de diversas disciplinas pudieran desarrollar su obra en condiciones óptimas. Gracias a este apoyo, hoy podemos admirar piezas que sobresalen no solo por su calidad artística, sino también por su carácter innovador. Este compromiso sostenido con el arte y la cultura constituye un testimonio vivo de cómo el mecenazgo ha sido motor de innovación, creatividad y preservación del patrimonio”, manifiesta Emilia Garrido, de la Fundación Unicaja. Entre las obras más sobresalientes expuestas cita “el retrato de María Gabriela Palafox y Portocarrero, marquesa de Lazán, realizado por Francisco de Goya, considerado una de las cumbres universales del género del retrato. Destaca igualmente el soberbio retrato de Jacobo Fitz-James Stuart, XVII duque de Alba, ejecutado por Joaquín Sorolla en 1908, que se exhibe al público por primera vez. A éstas se suman piezas de artistas de la talla de Alberto Durero, Rembrandt, John Singer Sargent, Ignacio Zuloaga o Mariano Benlliure. En el contexto malagueño resulta de especial interés la sección dedicada a Eugenia de Montijo, con obras como el retrato de Édouard Alexandre Odier en el que figura la Sierra de Teba como telón de fondo. Asimismo, adquiere gran relevancia la excepcional colección de trajes históricos de reyes de España, así como los lienzos y miniaturas de autoras como Lavinia Fontana, Elisabetta Sirani o Emilia Carmena de Prota, que reivindican la aportación femenina a la historia del arte.” [Hasta el 11 de enero. Centro Cultural Fundación Unicaja. Málaga. Fundacionunicaja.com]





