Frans Hals fue el gran genio de la retratística holandesa, un género que gozó de un asombroso auge en el siglo XVII, debido al interés de las clases acomodadas por dejar constancia de su buena fortuna a través de sus retratos. Esta exposición, que es la primera dedicada en exclusiva al retrato de familia cultivado por el pintor, surgió tras la adquisición en 2011 por este museo estadounidense del Retrato de la familia Van Campen en un paisaje, así como la reciente restauración de Tres Hijos de la Familia Van Campen conservada en Bruselas. En origen estas dos obras formaban una única composición pero, por razones desconocidas, fueron separadas. Esta muestra permite volver a disfrutarlas juntas, además de exhibir otros retratos de familia pintados por este maestro.
