La subasta que la centenaria firma austriaca celebra el 23 de octubre en Viena tiene un interés especial para el coleccionismo español al incluir entre sus sorpresas un Goya así como una significativa selección de bodegones del siglo XVII de artistas hispanos. Con el número 215 del catálogo se brinda un retrato del joven duque de Alba, un reciente redescubrimiento, que el pintor aragonés ejecutó en 1783, y por el que se piden de 400.000 a 600.000 euros. Este cuadro, que ha sido estudiado por el experto Arturo Ansón Navarro, fue expuesto en el Museo Goya-Fundación Ibercaja, entre 2022 y 2023, y será incluido en la exposición Goya y la duquesa de Alba, comisariada por Guillaume Kientz, que se celebrará en 2027-2028 en el Palacio de Liria de Madrid y la Hispanic Society de Nueva York. El maestro demuestra aquí su dominio del género del retrato aunando un personal realismo con la captación psicológica, lo distingue este trabajo del retrato aristocrático tradicional. El color de la capa de seda, una mezcla de marrón y violeta, también conocido como «color pulga» estaba de moda en ese momento. El uso del color en las representaciones de la indumentaria cortesana era un indicador del prestigio social y el gusto sofisticado del modelo. Hay que resaltar también la presencia de un conjunto de naturalezas muertas de autores españoles del siglo XVII. Estas obras tienen una particularidad que las distingue de sus homólogas neerlandesas e italianas. Con sus colores matizados, su composición sobria y sus efectos lumínicos, revelan una cierta austeridad cuyas raíces se encuentran en la piedad de la Contrarreforma. Entre ellos, destaca un bodegón de Juan de Espinosa (1628-1659), un virtuoso en la captación de los materiales, preciado entre 80.000 y 120.000 euros.

Otro protagonista de la sesión será Giovanni Paolo Panini (1691-1765) que fue uno de los pintores más célebres de la Roma del siglo XVIII. Su representación de la Isla Tiberina fue encargada como un tributo a Esculapio, el dios de la medicina y la sanación, por el médico británico y coleccionista, el doctor Richard Mead. Fue un pionero en la erradicación de enfermedades contagiosas y fue tan reconocido como curandero que incluyó a la reina Ana, al rey Jorge II así como al gran físico Isaac Newton y al artista Antoine Watteau entre sus pacientes. Sería difícil encontrar un patrón más apropiado para el tributo de Panini al dios Esculapio. Según la tradición clásica, cuando la peste se apoderó de Roma, una serpiente sagrada, símbolo de la deidad sanadora, desembarcó en la Isla Tiberina y puso fin a la plaga. Esta pintura, estimada entre 300.000 y 400.000 euros, es tanto un himno visual a los orígenes divinos de la medicina como un reflejo de los ideales ilustrados de Mead. Une ciencia, mitología y arte en una visión radiante de la antigua Roma.
Igualmente merece atención una obra de Jan Brueghel II titulada Tazza con guirnalda de flores, joyero, reloj de bolsillo y flores en un jarrón de cristal (120.000 a 180.000 euros) es un ejemplo elocuente del carácter alegórico de la pintura de bodegón flamenca. El detalle del reloj de bolsillo representa el tema de la vanitas y la vacuidad de la existencia humana. La corona de flores y el collar de perlas son símbolos de la virtud femenina, y el jarrón de cristal es un recordatorio de la fragilidad de la vida. [Dorotheum, Viena. Subasta: 23 de octubre. Dorotheum.com]
