Un sueño con Venecia, la ciudad que provoca tanto placer a quien la visita como “comerse una caja de bombones de licor” según decía Truman Capote, es el recuerdo más antiguo que Kike Maíllo (Barcelona, 1975) tiene asociado al arte. Desde que en 2011 debutara en la gran pantalla con Eva, filme de ciencia ficción que recibió 12 nominaciones a los Goya y que le hizo merecedor del premio en la categoría de mejor dirección novel, el cineasta no ha dejado de cosechar elogios tanto con sus largometrajes y cortos como en su faceta de creativo publicitario y director de videoclips. Y aunque es conocida su curiosidad por el futuro (acaba de participar en el certamen Audi Future Stories), de existir una máquina del tiempo, Maíllo viajaría hasta la Florencia renacentista para encontrarse con Leonardo, el polímata, el artista que más le ha inspirado. Pero si tuviera que escoger un protagonista para su próxima película, se decantaría por una personalidad más cercana, en el espacio y el tiempo, un español universal como Salvador Dalí. El arte está presente también en uno de sus próximos proyectos, un documental que girará en torno a un famoso falsario catalán. [Raquel García-Osuna]
