Para Picasso los cuadernos fueron un diario íntimo en el que recoger sus ideas y pensamientos además de un laboratorio donde plantear —y encontrar— soluciones plásticas y compositivas. En 1970, en un acto de generosidad sin precedentes, el artista donó a la ciudad de Barcelona doscientas treinta y seis pinturas, mil ciento cuarenta y nueve dibujos, diecisiete cuadernos, cuatro libros de texto, dos grabados, cuarenta y siete obras de otros artistas y objetos diversos que habían sido custodiados por tres generaciones familiares: su madre, doña María, su hermana Lola y sus sobrinos Vilató-Ruiz. El regalo incluía diecisiete cuadernos con un total de novecientos dibujos que son el motivo de esta exposición comisariada por Malén Gual. [Pablo Picasso, Toros en el campo, 1957. Museu Picasso, Barcelona. Foto: Gasull Fotografia © Successió Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2020].
