En la actualidad, las principales casas de subastas están siendo un ejemplo de adaptación a las circunstancias. Es interesante observar que el cambio de paradigma afecta a todas ellas, locales e internacionales, grandes y pequeñas. Todas han aceptado entrar en la era digital de forma irreversible, desmaterializando parte de sus operaciones. El mercado del arte ha construido un nuevo modelo económico y ha alcanzado un nuevo equilibrio, que los pronósticos más optimistas preveían para 2025. Ahora están mucho mejor adaptadas para hacer frente a esta otra forma de vivir y coleccionar, que es la del siglo XXI. Esta formidable resistencia se refleja en las cifras recogidas en el último informe de la consultora Artprice: el volumen global de ventas cayó un 21% (10.570 millones de dólares), pero en última instancia esta caída es sorprendentemente limitada dado el impacto de la pandemia en el mercado del arte. [Sanyu, Quatre Nus. Sotheby’s. Julio 2020. Remate: 27,8 millones de euros].