Miguel Poveda (Barcelona, 1973) fue un niño tímido que se encerraba en su habitación a escuchar coplas de Quintero, León y Quiroga, cantes de viejos flamencos como Antonio Mairena, Manolo Caracol o La Niña de los Peines, pero también de voces como las de Camarón de la Isla o Enrique Morente. Aquellas tempranas influencias fueron impregnando su naciente espíritu cantaor que eclosionó en 1993, al conseguir la Lámpara Minera del Festival de Cante de las Minas de La Unión. El cantante catalán, que fue Premio Nacional de Música en 2007, está inmerso en la gira de su disco Enlorquecido, su personal tributo al poeta Federico García Lorca, al que califica como su “dios”. En esta entrevista nos descubre su interés por la surrealista Maruja Mallo, por los titanes mexicanos, Diego Rivera y Frida Kahlo, y hasta por el controvertido graffitero Banksy. Raquel García-Osuna
