Paula Rego (Lisboa, 1935) creció en un peculiar matriarcado. Cuando sus padres se vieron obligados a trasladarse a Inglaterra para trabajar, la dejaron al cuidado de su abuela, en cuya casa también vivía una tía maníaco-depresiva, además de varias doncellas y una institutriz. El título de este cuadro, La tía (Nada), es un guiño a la célebre novela con la que la escritora Carmen Laforet ganó el premio Nadal con apenas 23 años. Rego la leyó en su edición inglesa y conectó con su protagonista, Andrea, una joven que crece durante la tenebrosa postguerra española. A pesar de que el tema de esta obra no es autobiográfico es interesante tenerlo en cuenta al interpretar la niñez de Rego. La elección del pastel como medio, que la artista portuguesa utiliza exclusivamente desde 1993, acentúa el dramatismo de la escena. “Con el pastel, es como dibujar y pintar al mismo tiempo… todo está dibujado, con las líneas entrando y saliendo unas de otras” ha explicado. Realizado en 2006, lo subasta Phillips el 24 de marzo en Londres con una estimación de 925.000 a 1,4 millones de euros.
