En 1503, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, tras derrotar al ejército francés que pretendía ocupar Nápoles, entra triunfante en la ciudad y se hace cargo del gobierno en nombre de los Reyes Católicos. Se trata de un paso importante en el proceso que llevó a España a consolidarse como potencia hegemónica europea. Y fue en Nápoles donde los españoles Pedro Fernández, Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloé, Pedro Machuca, y tal vez Alonso Berruguete, cosecharon sus primeros éxitos antes de convertirse en los protagonistas del Renacimiento español. La exposición Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento, que presenta el Museo del Prado, en colaboración con el Museo e Real Bosco di Capodimonte de Nápoles y con el patrocinio de la Fundación BBVA, profundiza a través de 75 obras en este breve pero extraordinario periodo. “Podemos afirmar sin temor a exagerar que, sin esa experiencia napolitana, el Renacimiento español sería muy distinto”, ha asegurado Miguel Falomir, director de la pinacoteca madrileña. [Diego de Siloé, San Sebastián]