Paul Storr (1771-1844) fue el platero más célebre de principios del siglo XIX. Entre su selecta clientela se contaba no sólo la realeza y la aristocracia británica, sino también duques portugueses, nobles franceses y potentados americanos. Al igual que sus dos tocayos, Paul de Lamerie y Paul Revere, hoy Storr es justamente reconocido por los historiadores de las artes decorativas. Más de doscientas piezas elaboradas en oro y plata en el taller del reputado artesano, considerado el mejor orfebre de la Regencia inglesa, se exponen en la galería Koopman Rare Art de Londres desde el 13 al 31 de octubre. Los artículos están datados entre 1792, cuando Storr abrió su propio taller, hasta la década de 1890, cuando Hunt & Roskell, firma sucesora de Storr, fue finalmente absorbida por otra empresa. «Storr es sinónimo de calidad», dice Timo Koopman, codirector de Koopman Rare Art, «y la envergadura de la colección que presentamos en la galería permite obtener una imagen completa de la variedad y profundidad de su producción en la que encontramos desde la sobria sencillez hasta la ornamentación exuberante. Hemos recorrido el mundo entero para encontrar las piezas más interesantes y raras para esta ocasión.»
Christopher Hartop, autor de ocho libros sobre plata antigua y experto en la obra de Storr, sostiene: «Su logro más asombroso fue la magnitud de su producción, y el ingenio con el que combinó la creatividad con la tecnología punta del momento. No fue el típico artesano que trabajaba en solitario sentado en un banco sino que fue un gran empresario dotado de un instinto infalible para detectar a los mejores artistas: diseñadores, dibujantes, modeladores y escultores. La tecnología que aplicó a sus piezas es impresionante. ¡Fue el Microsoft de su época!».
El año 2015 marca el 200º aniversario de la batalla de Waterloo, que vio a Gran Bretaña emerger como potencia dominante en Europa. Las campañas militares por mar y tierra, un espíritu más internacional, la llegada de nuevos alimentos que se pusieron de moda, cambios en la disposición de la vajilla en la mesa, y sobre todo la pujanza económica del país originaron una revolución en los artículos de plata. Lewis Smith, codirector de Koopman Rare Art, agrega «La desbordante imaginación de Paul Storr conquistó a los grandes coleccionistas americanos de la posguerra, como Arthur Gilbert y Morrie Moss, e incluso hoy sigue siendo muy codiciado. En los últimos tiempos, se han ido formando importantes colecciones de su obra también en Oriente Medio y Asia. Estamos encantados de que tantos coleccionistas nos hayan cedido piezas para la exposición». [Imagen: Tintero Jorge III, Paul Storr, Londres 1829]