Líder de los Young British Artists y Premio Turner, Damien Hirst (1965) ha reinterpretado con ironía la pintura tradicional de paisaje en su serie Cerezos en flor. Mediante empastadas pinceladas y elementos del arte gestual, hace un guiño tanto al impresionismo como al puntillismo, así como a la pintura de acción. Estos cuadros son a la vez una provocación y un homenaje a los grandes movimientos artísticos de finales del siglo XIX y del XX. “Estos cerezos en flor tratan de la belleza, la vida y la muerte. Son extremos, hay algo casi de mal gusto en ellos. Son decorativos, pero sacados de la naturaleza. (…) Son chillones, desordenados y frágiles, me alejan del minimalismo y de la idea de un pintor mecánico y eso me motiva.” [Excitement’s blossom, 2020]
