Discípulo aventajado de Rembrandt, Gerrit Dou (1613-1675) fue uno de los artistas holandeses más exitosos del siglo XVII. Este artista, precursor de los fijnschilders o “pintores finos” de Leiden, protagoniza la subasta de maestros antiguos que Christie’s celebra el 2 de diciembre. El flautista, estimado entre 2,3 y 3,3 millones de euros, que llevaba 125 años en una colección inglesa, despunta en su relativamente pequeña y codiciada producción. Esta vanitas habla de la música, el aprendizaje y la brevedad de la vida. Ejecutada con un grado de detalle microscópico que hace casi imposible distinguir la pincelada, ejemplifica la asombrosa precisión técnica que hizo de Dou uno de los pintores más aclamados de su tiempo. Aunque los instrumentos musicales ya aparecen como elementos de naturaleza muerta en algunas de sus obras tempranas, El flautista es su primera representación conocida de un músico. Esta composición se mueve entre el intelecto y la sensualidad: la música es evocada como un arte liberal y un placer fugaz, mientras que el reloj de arena, el violín, los globos terráqueos y los libros aluden a la ambición humana medida contra el paso del tiempo. Estos temas resonaban fuertemente en el Leiden del siglo XVII, donde el refinado lenguaje pictórico de Dou encontró un público erudito que sabía interpretar este simbolismo. Aquí el protagonista devuelve la mirada del espectador, estableciendo un intercambio íntimo, casi conversacional. Este acto tranquilo de reconocimiento es una de las características del arte de Dou y lo distingue de muchos de sus contemporáneos. La extraordinaria técnica de Gerrit Dou y su producción comparativamente exigua hicieron que sus pinturas consiguieran sumas principescas ya en vida. Entre sus mecenas estaban Cosimo III de Medici, el archiduque Leopoldo Guillermo de Austria y los Estados Generales holandeses, que adquirieron tres de sus cuadros como regalos diplomáticos para Carlos II tras su ascenso al trono en 1660. El monarca inglés llegó a ofrecerle empleo permanente como pintor de la corte, ofrecimiento que el artista declinó. Pieter Spiering, enviado de la Corona sueca a La Haya, pagaba quinientos florines al año a Dou simplemente por tener el derecho al primer rechazo sobre sus pinturas. [Christie’s, Londres. Subasta: 2 de diciembre]





