La no aprobación de la Ley de Mecenazgo en esta legislatura que está dando las últimas boqueadas, ha dejado al mercado del arte de nuestro país tan exiguo de alicientes que parece que únicamente le queda conseguir el impulso pertinente con los propios medios. Atrás quedan los años en que resultaba extraño que no floreciesen, y no siempre por primavera, la apertura de nuevas galerías de arte y casas de subastas que ponían a la venta millares de lotes de artistas renombrados y de aquellos que comenzaban una carrera repletos de esperanzas. Ahora, el sector artístico, por lo que respecta al ámbito de las galerías, se pasa el año esperando una nueva edición de ARCO, que también se ha resentido de la escasa presencia de las adquisiciones institucionales que dinamizaban el mercado, y que salva las cuentas comerciales de algunas de nuestras salas, incluso ahora cuando también la escasez se ha instalado en sus stands.
Los últimos datos del mercado artístico español, que acaba de hacer públicos como cada año la Fundación Arte y Mecenazgo, sitúan a España en el sexto puesto dentro de la Unión Europea tras Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Austria, con un porcentaje del 2% de las transacciones europeas lo que da idea de nuestra pequeña magnitud en contraposición con el número de creadores que seguramente nos auparían, como mínimo, hasta uno de los tres lugares del podio. Clare McAndrews, fundadora de Arts Economics y encargada por la Fundación Arte y Mecenazgo de evaluar el mercado artístico español, asegura que en 2013 el movimiento de las galerías de arte y las subastas sumó 336 millones de euros, cifra que debemos asumir con precaución porque es bien sabido que una de las virtudes del sector no es precisamente la transparencia, hasta el extremo que todavía un elevado número de nuestras salas de arte no facilita, ni siquiera a los medios de comunicación dedicados a informar sobre el mercado del arte, ningún dato de sus transacciones.
Las ventas aumentaron por tercer año consecutivo en España y el pasado ejercicio el ascenso crematístico se cifró en un 3%, aportando los artistas españoles dos tercios del total, lo que demuestra que el mercado doméstico todavía no se ha internacionalizado lo suficiente; esta situación contrasta con la escasa presencia de españoles en el planeta internacional que se quedó en el 5 % el pasado año, con nombres emblemáticos del siglo XX como Picasso, Miró, Juan Gris, Dalí y Eduardo Chillida. Si bien la situación del mercado global no acaba de despuntar, la parte fundamental de la crisis la soportan las galerías de arte, pues mientras han aparecido algunas nuevas salas de subastas, el mundo galerístico ha visto desaparecer salas emblemáticas que operaban en Madrid y Barcelona el último cuarto de siglo, y que, sin embargo, no han sido sustituidas por galerías de perfil semejante, aunque las dedicadas al arte más joven o emergente si han tenido mayor presencia.
