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    Un retrato de Rubens en Setdart

    La intensidad de los Antiguos Maestros alumbra la subasta online que Setdart celebra el 17 de octubre. En el catálogo encontramos firmas tan insignes como la de Rubens (1577-1640), autor de un penetrante retrato del monje capuchino Heliodoro Barea, ejecutado hacia 1630 y tasado entre 450.000 y 500.000 euros.  El trazo fluido y el pulso seguro de un Rubens maduro, que contaba 53 años, se concreta en este retrato que, sin perder solemnidad, es íntimo y espontáneo. Ningún pintor europeo del siglo XVII aunó como lo hizo Rubens talento artístico, éxito social y económico y un alto nivel cultural. Este cuadro conserva en su dorso una etiqueta de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, por haber sido cedido para la exposición conmemorativa del IV Centenario del nacimiento del maestro en 1977.

    Peter Paul Rubens, Retrato de fray Heliodoro Barea

    Un cuadro que con seguridad tendrá eco internacional es Venus y Marte sorprendidos por Vulcano, de Joachim Anthonisz Wtewael (c.1566-1638), que podría adjudicarse por encima de su estimación previa fijada entre 900.000 y un millón de euros. Se trata del óleo sobre cobre más grande que Wtewael realizó de este tema [mide 41,5 x 56 cm], uno de sus favoritos. Se conocen otras cuatro versiones: una en el Mauritshuis de La Haya; otra en el museo J. Paul Getty de Los Ángeles; otra vendida en Christie’s; y un pequeño óvalo. Si bien esta es sustancialmente mayor que las otras, difiere en su formato horizontal y en la mayor sutileza con la que aborda este episodio. La obra de este maestro se caracterizó principalmente por el empleo de un colorido brillante y la complicación de las poses, lo que le convierte en el último exponente del manierismo holandés. Ejerció también como comerciante y político, fue elegido miembro del Ayuntamiento de Utrecht y fue uno de los fundadores del gremio de pintores de San Lucas en 1611. 

    Joachim Anthonisz Wtewael, Venus y Marte sorprendidos por Vulcano

    Elias van den Broeck (c.1652-1708) fue un pintor holandés de naturalezas muertas conocido principalmente por sus pinturas de flores y frutas. Se formó en la República Holandesa y trabajó durante algún tiempo en Amberes, en los Países Bajos de los Habsburgo, adonde se había trasladado con su maestro Jan Davidsz. de Heem. El bodegón con flores y frutas que vende Setdart, estimado 50.000 y 60.000 euros, constituye un auténtico festín sensorial. Sobre un zócalo de piedra se disponen granadas abiertas que muestran su interior jugoso, racimos de uvas verdes y rojas que brillan con el fulgor de la madurez, además de carnosos higos y melocotones de ricos valores táctiles. La presencia del caracol sugiere un clima húmedo que favorece la germinación de la naturaleza tras la lluvia.

    Elias van den Broeck, Naturaleza muerta con flores y frutas

    Desde el Renacimiento y hasta la disolución de las Academias, las pinturas históricas gozaron de gran popularidad pues permitían a su autor demostrar su destreza en la composición, la anatomía y la calidad de los detalles. El artífice de este óleo podría ser el florentino Luca Penni (1500-1556), vinculado a la Primera Escuela de Fontainebleau cuya creación y desarrollo se debió al patrocinio de Francisco I de Francia. El protagonista de este cuadro, estimado entre 150.000 y 200.000 euros, es el joven patriota Cayo Mucio Escevola, héroe de la guerra de Roma contra el rey etrusco Porsena. Esta composición recuerda a la obra de Penni Augusto y la Sibila de Tibur, que se conserva en el Louvre. Son escasos los óleos que han sobrevivido de Fontainebleau y la mayor parte son conocidos gracias a dibujos y grabados. 

    Primera Escuela de Fontainebleau, S. XVI, El heroísmo de Mucio Escevola

    Por último, en la sesión del 19 de octubre, la oferta de artes decorativas incluye una importante pareja de veladores franceses, datados hacia 1790 y estimados entre 80.000 y 100.000 euros. Se atribuyen a François-Honoré-Georges, reputado ebanista posteriormente conocido como Jacob-Desmalter (1770-1841). Sus monturas de bronce dorado finamente cincelado, de diseño libremente inspirado en el arte egipcio y griego, pueden atribuirse a Pierre-Philippe Thomire (1751-1843), principal fundidor en Francia a finales del siglo XVIII. La procedencia de estas mesitas realza su importancia pues pertenecieron al anticuario y marchante francés Jacques Seligmann, pasando más adelante a la colección del político y abogado catalán Francesc Cambó, que fue también un renombrado mecenas. Ejemplares similares se encuentran en las Tullerías y en el Château de Malmaison. 

    Veladores franceses, c. 1790
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