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    Pilar Ordovás: “El arte español no tiene visibilidad internacional”

    Pilar Ordovás

    Amante del arte desde niña, después de licenciarse en Historia del Arte en Madrid, su ciudad natal, Pilar Ordovás se instaló en Londres para formarse en Christie’s, donde llegó a ser directora del Departamento de Arte Contemporáneo y de Postguerra en Europa; su actuación en Christie’s y dos años más en Gagosian Gallery fue la experiencia que le permitió abrir Ordovas, su propia galería en Londres, centrada en un programa histórico del siglo XX. Amiga personal de Lucian Freud, tuvo el privilegio de visitar su estudio, conversar con él, y ver cómo las sugerentes imágenes iban poblando sus cuadros en sus sucesivas visitas.

    Cuál fue su primera experiencia memorable con el arte?
    ¡Tengo tantas! es difícil elegir una en particular. Mi relación con el arte empezó en la niñez, y estudié arte porque ya de pequeña iba a ver exposiciones con mi padre en Madrid. Cuando viajábamos al extranjero íbamos también a visitar museos.

    ¿Cómo surge la idea de abrir su propia galería?
    Después de quince años de experiencia en el mundo del arte, trece en Christie’s, donde fui directora del Departamento de Arte Contemporáneo y de Postguerra en Europa y viví de primera mano el gran crecimiento del mercado, y tras dos años en la Gagosian Gallery, donde puede ver otros aspectos del mercado, trabajando directamente con artistas y comisariando exposiciones históricas, me sentí preparada para volar sola y abrir mi propia galería.

    ¿Por qué ha decidido no trabajar con artistas vivos en su galería?
    Cuando abrí en 2011 no existía ninguna galería en Londres con un programa histórico del siglo XX, por eso quise hacer algo distinto. Inauguré con Irrational Marks: Bacon and Rembrandt, con ocho retratos de Bacon y el Autorretrato de Rembrandt con boina, que está en el Musée Granet de Aix en Provence, el retrato que más impactó a Bacon, que fue varias veces a verlo; la siguiente fue Julio González, First Master of the Torch, y la influencia que éste ejerció en la siguiente generación de escultores, estableciendo un diálogo con Pablo Picasso, David Smith, Eduardo Chillida y Anthony Caro; nuestra tercera exposición fue Calder in India, con las piezas que Calder realizó durante su estancia en 1955 en la India, que nunca se habían mostrado ni reunido públicamente, y la última, Painting from Life, Carracci Freud, argumentada con retratos de Lucian Freud y Annibale Carracci, artistas que, aunque separados por quinientos años, tenían una práctica común, trabajando con modelos del natural y centrándose en el estudio de las cabezas.

    Durante su etapa como directora del Departamento de Arte Contemporáneo y de Postguerra en Christie’s se consiguieron las grandes ventas millonarias de Freud y Bacon. ¿Volverá el mercado a esas cotas?
    Muchas de estas obras millonarias en concreto de Bacon y Freud siguen exactamente en las mismas cotas pero muchas de ellas se están vendiendo en privado – discretamente. Si no vemos estos resultados en subasta es sencillamente porque estas obras no se están ofreciendo públicamente; en algunos casos la demanda es igual de fuerte, o incluso más, y el problema está en la oferta.

    ¿Cuáles fueron los “hitos” vividos en Christie’s, en los que usted tomó parte?
    Saqué a subasta multitud de obras pero entre las más destacadas están el cuadro más caro jamás vendido en Christie’s en Europa -que en su momento batió el record establecido casi veinte años antes por los Girasoles de Van Gogh- un tríptico de Francis Bacon, Triptych 1974-1977 rematado en febrero 2008 por 26 millones de libras (52 millones de dólares). También fui responsable de la venta de 8 de los 10 records en subasta de Lucian Freud incluyendo el que sigue siendo su récord en subasta por Benefit Supervisor Sleeping vendido por 33 millones de dólares. Lo más impactante fue vivir la gran transformación y el crecimiento del mercado en los trece años que estuve en Christie’s y el establecimiento de Londres como capital del arte en Europa e incluso diría como centro global.

    Usted fue amiga personal de Lucian Freud. ¿Cuando y cómo se conocieron, puede compartir con nosotros algún recuerdo especial?
    Conocí a Freud cuando trabajaba en Christie’s; al principio fue una relación profesional, le escribía cada vez que ofrecíamos uno de sus cuadros y le enviaba las notas que habíamos preparado, pero un día a través de una obra tuve la grandísima suerte de conocerle en persona; me invitó a su estudio, y al cabo de un tiempo esta relación evolucionó hacia algo más personal y llegó a ser un gran amigo, al que echo mucho de menos. Tengo montones de recuerdos especiales, desde su erudición en materia de arte, su gran sentido del humor hasta el privilegio de poder contemplar a su lado una obra de arte; él me hablaba de su amistad con Giacometti, con Francis Bacon, sus recuerdos de Picasso, de Balthus… y de muchas otras cosas más… pero quizás, compartir una obra con él y verla a través de sus ojos fue una de las vivencias más emocionantes.

    De los artistas que ha tenido el privilegio de tratar, ¿quiénes le impactaron más?
    Cuando estuve en Gagosian Gallery conocí a grandes artistas, pero la relación fue muy distinta de la que tuve con Freud, porque con él estuve en contacto durante diez años, y eso no es comparable con ninguna otra relación más profesional. Algunos de los artistas que más me impactaron fueron Cy Twombly, Ed Ruscha, John Baldessari y Jenny Saville, una artista que me encanta porque es una apasionada de su obra y del arte, y creo que ver la obra de un artista a través de otro es algo maravilloso.

    ¿Cómo fue trabajar con Larry Gagosian?
    Fue una experiencia increíblemente valiosa. Sus exposiciones y cómo cuida la instalación y cada aspecto de una muestra no tenía nada que ver con mi experiencia anterior. Me acostumbré a un ritmo distinto, descubrí lo mucho que disfrutaba organizando exposiciones, teniendo más tiempo para profundizar en un artista o para ayudar a un coleccionista en todos los aspectos y a largo plazo. Y, sobre todo, Larry me dio una gran libertad y me hizo darme cuenta de que estaba preparada para volar sola.

    ¿Recuerda algún descubrimiento emocionante?
    Creo que en mi caso el descubrimiento no se refiere a un nuevo artista, porque no busco creadores jóvenes, sino consagrados, así que más bien se trataría de un descubrimiento como experiencia personal. Recuerdo haber visto trabajar en Gagosian Gallery a Richard Wright [Premio Turner 2009], cuando estaba pintando el techo de la galería; su obra es efímera, pinta sobre la pared y una vez acabada la exposición la pared vuelve a pintarse de blanco y la obra desaparece; hace instalaciones tanto institucionales como privadas, y tiene una obra sobre papel exquisita, que ya me gustaría tener en mi colección.

    ¿Por qué los artistas españoles contemporáneos no tienen la proyección internacional que tuvieron en otra época? (p. ej. vanguardias históricas)
    Es un asunto complicado, porque incluso las vanguardias históricas tuvieron mucha proyección pero fueron pequeños grupos; el problema del arte actual español está en que no se ha fomentado el mercado internacional.

    ¿Cómo se ve el arte español desde Londres?
    El principal obstáculo es que no se ve; pero hay oportunidades para que se vea lo que se está haciendo en España, como la Bienal de Venecia, que se celebra este año.

    Marga Perera
    Foto: Anna McCarthy

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