Detener el tiempo para disfrutar de cada uno de los matices de la creación artesanal contemporánea. Con esta premisa, la plataforma crear/sin/prisa de Cervezas Alhambra invita tanto al espectador como al artífice a recrearse en los detalles y disfrutar con los cinco sentidos.Para experimentar esta filosofía nada mejor que visitar la exposición que se presenta en el centro cultural Tabacalera de Madrid hasta el 9 de junio, que recoge una selección de este fondo artístico contemporáneo nacido con la voluntad de promover el respeto por la tradición de los oficios. La muestra se argumenta con 17 piezas creadas para la ocasión y también con aquellas concebidas para el Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente, que han sido expuestas en ARCO durante los tres últimos años. La singularidad de estas obras reside en la capacidad de sus autores para redescubrir al público la importancia de las técnicas artesanales reivindicando valores como la dedicación, el esmero, el amor por la materia prima y el respeto por los saberes tradicionales. Además, cautivan al espectador por la creatividad demostrada al llevar a cabo estas reinterpretaciones. Según la comisaria de la exposición, Alicia Ventura: “Los artistas han ido de la mano de los artesanos en la utilización de nuevas técnicas que les han permitido la revisión y el establecimiento de un nuevo lenguaje en sus trabajos rescatando disciplinas como la cerámica, el textil, el vidrio, la yesería, la carpintería o algunas a punto de perder a sus últimos maestros. Las creaciones de la muestra conforman un espacio de diálogo y mestizaje que enriquece el trabajo de los artistas contemporáneos”. El hilo conductor son obras inspiradas en la milenaria ciudad de Granada y en particular en la Alhambra cuyas estancias, patios, celosías, son el resultado de la pericia de los mejores artesanos del mundo árabe: talladores, orfebres, musivarios… Los artistas seleccionados han dado un nuevo giro a técnicas y disciplinas ancestrales. El resultado son piezas arraigadas en el pasado pero que miran al futuro. El espectador se verá sorprendido con propuestas como la de José Miguel Pereñíguez, que ha construido un monocordio, un instrumento de cuerda cuya invención se atribuye a Pitágoras, basándose en las proporciones arquitectónicas, matemáticas y ornamentales de La Alhambra; o por las piezas de vidrio ideadas por Miren Doiz inspiradas en la geometría de los mosaicos nazaríes y en los colores del paisaje de Granada; también conocerá El holandés errante, el proyecto de Kiko Pérez, que aunque lleva el nombre del legendario barco fantasma consiste en un mosaico de baldosas hidráulicas inspirado en los motivos nazaríes; Elena Alonso revisita el juego del ajedrez, introducido en la península por los árabes, a través de un ingenioso trabajo de tornería. El proyecto de Guillermo Mora apostó por sacar a la luz los dibujos nazaríes prohibidos y ocultos durante siglos tras los artesonados de la Alhambra, mientras que Carlos Monleón combinó en su propuesta la Inteligencia Artificial con la tradición de los tapices artesanales. Por último, en la línea de su trabajo de espacios orgánicos y coloridos, Nacho Carbonell presenta El Patio, una instalación inspirada en el Patio de los Leones, que era una representación simbólica del paraíso en la tierra; el artista rinde su tributo a este icono de la arquitectura islámica mediante unas sillas de altos respaldos, realizadas con pasta de cebada, que son al mismo tiempo sustento de unas grandes vidrieras que entrelazan las sillas y que crean luces y sombras a través de los juegos lumínicos proporcionados por las más de 10.000 botellas de Alhambra Reserva 1925 fundidas que se emplearon en su realización.