Más de 160 millones de euros se pagaron anoche por la emblemática tela de Picasso Las mujeres de Argel (Versión ‘O’) en Christie’s Nueva York. Esta obra, convertida en la más cara vendida nunca en subasta, era de los pocos picassos legendarios que aún quedaban en manos privadas y su remate desbancó el anterior récord del artista, los 106 millones de dólares pagados en mayo de 2010, también en Christie’s, por el lienzo de 1932 Desnudo, hojas verdes y busto.
El genio español estuvo fascinado por Delacroix, y en particular por su cuadro Las mujeres de Argel (hoy en el Louvre) toda su vida; eso motivó que entre diciembre de 1954 y febrero de 1955 desarrollara una serie sobre este tema designando cada lienzo con las letras de la A a la O. La versión ‘O’, la última, es la mejor acabada de esta innovadora serie. La obsesión de Picasso por el maestro francés le llevó incluso, según apuntan algunos estudiosos, a mantener conversaciones imaginarias con Delacroix: «Tu tenías en mente a Rubens, y pintaste un Delacroix; yo pinto pensando en ti, y esperando hacer algo diferente.» Compañeros del artista malagueño dan fe de esta fijación: «Ese cuadro le obsesionaba” recoge en su libro Roland Penrose (Picasso: su vida y arte, Berkeley, 1985). En sus memorias de 1964, Francoise Gilot relató: «a menudo hablaba conmigo de hacer su propia versión de Las Mujeres de Argel y solía llevarme al Louvre una vez al mes como media para estudiarlo. Cuando le pregunté qué le parecía Delacroix entrecerró los ojos y dijo: ‘Ése cabrón. Es realmente bueno’. Además de ser un homenaje a Delacroix, Picasso concibió la serie como una elegía a su gran amigo y rival artístico, Henri Matisse, fallecido en noviembre de 1954, cinco semanas antes de que comenzara este proyecto pictórico. Matisse veía en Delacroix su inmediato prececesor en términos de color y temática orientalista. El propio Picasso decía: ‘Cuando Matisse murió, me dejó sus odaliscas como legado.’ Victor y Sally Ganz fueron los primeros dueños de la serie completa que compraron directamente al marchante del pintor, Daniel Kahnweiler, quien astutamente, les insistió en que adquirieran todo el conjunto. Los Ganz firmaron la compra de los 15 óleos el 6 de junio de 1956 por un monto de 212.000 dólares. Poco después vendieron diez de ellos a la galería Saidenberg, quedándose con las versiones C, H, K, M y O. La C fue vendida en 1988 a la muerte de Victor Ganz y las cuatro restantes, incluida la O, se licitaron como lotes individuales en 1997 en Christie’s. Aquella subasta recaudó 206,5 millones de dólares y estableció un record mundial. Las mujeres de Argel (Version O) se adjudicó entonces por 31 millones de dólares, doblando su estimación inicial. El resultado de ayer vuelve a coronar a Picasso como el artista más cotizado de la historia de las subastas.