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    El tiempo cuántico de Eva Lootz

    “Si aún quieres ver algo, tendrás que mirar más allá de tus ojos, ver a través de la nuca; si aún quieres ver algo, tendrás que aprender a ver en la oscuridad, o a brillar en ella; si aún quieres ver algo, haz una hoguera y deja que las sombras se repartan el calor; si aún quieres ver algo, hazte amigo de los fantasmas; si aún quieres ver algo, date prisa: todo está desapareciendo”, escribe Claudia Rodríguez-Ponga, comisaria de la muestra que la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid dedica a Eva Lootz (Viena, 1940), Premio Nacional de Artes Plásticas en 1994. Si aún quieres ver algo propone un ensayo sobre el fenómeno de la resonancia y, a la vez, sobre la desaparición del mundo tal y como lo conocíamos, profundizando en sus investigaciones previas en torno a la luz, el extractivismo o a la interacción entre materia y lenguaje. “Lo que deseo es encontrar el paso que permite pensar la conexión entre mente y materia, entre la consciencia y el mundo físico”, ha manifestado Eva Lootz.

    Vista de la sala. Foto: Guillermo Gumiel. Eva Lootz. VEGAP, Madrid 2024

    La exposición presenta una instalación dividida en dos partes diferenciadas, pero unidas entre sí. En una de ellas, Lootz invita al espectador a darse cuenta de que no todo es aparente a simple vista. Somos herederos de un mundo que cambió radicalmente con la invención del microscopio y de la luz eléctrica, pero lo real es esquivo, siempre cambiante; no siempre es visible. Aquí, se puede ver cómo ciertos minerales entran en resonancia con la luz ultravioleta, lo que nos ayuda a “ubicarnos más allá de la brecha cartesiana que separa cultura y naturaleza”. En la primera planta, Lootz aborda el reverso de lo invisible, ofreciendo una cascada de extinciones que presenciamos cada día: animales, lenguas, oficios y materias primas, entre otras cosas. La artista elige trabajar con frecuencias lumínicas y sonoras que se encuentran más allá del rango perceptivo humano y elaborar, en torno a ellas, un paisaje expositivo en el que caben el dibujo, la escultura y la instalación.

    Eva Lootz, Minerales bioluminiscentes. Foto: Rafael Trapiello

    La exposición reúne una serie de cerca de 1.000 dibujos que para la artista “no corresponden a un pensamiento articulado al modo clásico”. Los Dibujos que piensan hacen visible el entramado entre lo visible y lo decible que llamamos pensamiento. Pero también informan y sustentan la instalación de la planta baja como una especie de red. Esta parte de la exposición da cuenta del salto cognitivo que Lootz dio hace unos años, cuando comenzó a desgranar “la narración tradicional acerca del descubrimiento de América”. Una red en movimiento, que se sumerge y asoma, que impide que aprehendamos un significado único, falsario, delimitado artificialmente. Estos dibujos, dice, «van al encuentro del caudal, de la corriente abierta por la filosofía de la liberación, la sociología y la antropología latinoamericanas». [Hasta el 21 de julio. Sala Alcalá 31. Madrid]

    Eva Lootz. Foto: Rafael Trapiello
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