José Manuel Broto (Zaragoza, 1949) destacó en los años 80 como uno de los referentes fundamentales de la abstracción postinformalista. Ahora su aspiración es conseguir “imágenes estimulantes y antidepresivas quizás como reacción a la situación política, cultural y económica del mundo en el que vivimos. En las telas del artista aragonés, que este mes se exhiben en la galería Fernández Braso y en el Museo Reina Sofía, incluidas en la Colección de Soledad Lorenzo, subyace una singular simbiosis entre la actitud expectante frente al proceso creativo y la voluntad de profundizar en el conocimiento intuitivo de la propia obra.