En un mercado en el que la información es escasa y no siempre fidedigna, el nivel de los precios indica la reputación del artista y el estatus del marchante y del comprador”, expone el analista Don Thomson en su libro El tiburón de 12 millones de dólares.
Tomando esta premisa como punto de partida, el informe anual sobre el mercado del arte que acaba de hacer público la consultora francesa Artprice arroja algunas pistas sobre el relieve internacional de los artistas españoles contemporáneos en el mercado secundario. La firma ha confeccionado una lista de los 500 artistas contemporáneos [nacidos después de 1950] más cotizados en las subastas celebradas durante el periodo que va de julio de 2008 a junio de 2009. Corona esta lista Damien Hirst que generó más de 134 millones de euros en subasta, mientras que el primer español, Miquel Barceló, está en el puesto 43º (1.4 millones de euros en subasta) seguido, por orden de facturación, de Juan Muñoz, José María Sicilia, Juan Uslé, Jaume Plensa, Equipo Crónica y Guillermo Pérez Villalta. No obstante, al analizar este ranking hay que tener en cuenta, además del estrecho margen temporal que acota los datos, el hecho de que no hayan salido a pujas obras significativas de otros de nuestros artistas más valorados en el circuito internacional.
Alexandra Schader, asesora de Sotheby’s, detalla que «entre 2008 y 2009 se han ofrecido internacionalmente 9 esculturas de Chillida, una de ellas por casi un millón de dólares (Sotheby’s Londres, febrero 2008). Hace un par de semanas un lienzo de Antonio López García superó los 300.000 dólares. Y una instalación de Juan Muñoz, Five Seated Figures, alcanzó el 1.2 millones de dólares”.
Exigua visibilidad internacional
Los artistas españoles contemporáneos parecen tenerlo cada vez más difícil para hacerse visibles en el circuito internacional. El galerista Luis Adelantado apunta que “la promoción es pequeña e irregular. A veces las galerías hacen más labor de promoción que el propio país pero no es suficiente porque nuestros medios son limitados”. Por su parte Gema Lazcano, directora de la feria Art Madrid, recalca que “estos resultados se deben al poco interés que determinadas ferias, instituciones y galeristas han tenido en el arte contemporáneo español, prefiriendo difundir y apoyar la obra de artistas extranjeros”.
Desde Valsart Gestión, pionera en nuestro país en desarrollar un instrumento financiero que invierte exclusivamente en pintura y escultura, observan que “cuando visitamos ferias internacionales vemos fuertes apuestas institucionales que ponen en valor el trabajo de jóvenes artistas que se sienten con el apoyo suficiente como para abrirse hacia afuera. En España seguimos viendo a los artistas de una manera local sin forzarles a salir fuera tal como hicieron grandes pintores españoles en su momento. ¡En España se vive muy bien!. Nos hemos encontrado artistas que no quieren salir de Ibiza, donde viven, porque creen que la información fluye y no necesitan estar en otras plazas como Berlín, Tokio, Nueva York o Londres, etc… Por eso vemos este futuro en términos de internacionalidad muy difícil. Estamos muy por detrás de otros países y cambiar esta inercia será complicado”.
José Pedro Bailén, director general de Sala Retiro admite que “es muy preocupante que nuestro mercado no alcance siquiera los niveles de países como Suecia, Holanda, Suiza o Australia, cuya potencia económica superamos. El futuro del arte español va ligado al futuro de España. Artistas con alta calidad, hay muchos, ¿qué nos falta? …’salir fuera’ y para ello, aparte del apoyo institucional, es necesario creérselo. Las galerías españolas tienen que estar presentes en todas las ferias internacionales”.
Un mercado incipiente
La directora de Arco, Lourdes Fernández, discrepa de que la presencia del arte español sea escasa en el contexto internacional y mantiene que “las cotizaciones no siempre son sinónimo de presencia y de peso en la escena artística y, además, el panorama del arte contemporáneo español es actualmente muy diverso”.
Para Miguel Tugores, galerista y director de la feria Dearte, “España, en casi todo, es un país joven y no tiene tradición en el mercado del arte. Los 28 años de Arco, los 18 de Estampa o los 9 de Dearte no son suficientes para crear tradición. Nos queda mucho camino por recorrer”.
Se suma a esta reflexión Juan Rodríguez De- orador, coleccionista y nuevo propietario de Estampa para quien “hay que tener en cuenta la propia evolución del país, que desde el punto de vista cultural es aún muy joven. Por otro lado, hay artistas magníficos que ya por edad no podrán llegar más alto de lo que han llegado, y las nuevas generaciones, no sé si por falta de apoyo de las galerías internacionales o de las instituciones públicas, tienen muy poca presencia fuera”.
¿Es el mejor arte el más caro?
“Sí, porque el mercado es muy inteligente” sentenció Tobias Meyer, jefe de arte contemporáneo de Sotheby’s al anunciar los resultados obtenidos en la subasta de arte contemporáneo del pasado 11 de noviembre en la que se recaudaron 134 millones de dólares, cifra que alienta las esperanzas de que el coleccionismo vuelva con fuerza a la palestra. Esta aseveración confirma la filosofía de que el valor del arte tiene más que ver con la marca del artista, el marchante o la casa de subastas que con la calidad de la obra en sí. “Hasta que no se consigue una marca, no se es nadie en el mundo en el arte contemporáneo”, explicaba el crítico Don Thompson. La marca otorga valor a un producto o servicio. Sirve para evitar riesgos y transmitir seguridad. Cuando un artista llega a tener una marca, el mercado lo acepta como legítimo independientemente de las obras que haya expuesto. El precio marcaría la calidad. Un comprador al pagar 140 millones de dólares por un
Jackson Pollock está convirtiéndolo en obra maestra. La historia del arte parece estar siendo reescrita por los compradores. Siempre descarnado en sus declaraciones, el publicista y mecenas Charles Saatchi admitió que “el dinero es el mensaje”.
El salto al vacío
El conservador-jefe del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel se muestra escéptico ante este tipo de listas, y respecto a la eterna cuestión de si los artistas españoles reciben el reconocimiento internacional que merecen responde sin ambages que “esta pregunta denota un problema subyacente: la necesidad de sentirse reconocido. Y eso no tiene nada que ver con el arte. ¡El arte es un salto al vacío!. Esta obsesión por figurar es malsana, y el discurso que la rodea es victimista. Lo importante de una obra de arte es que nos haga relacionarnos con el mundo de un modo distinto. Y eso no tiene nada que ver con que esté o no reconocido internacionalmente. Al margen de esto, podríamos hablar de la debilidad del coleccionismo y del sistema de mercado español (frente al alemán, francés). De hecho hay un tipo de manifestaciones artísticas que no están situadas en el mercado. Por ejemplo, el Reina Sofía acaba de comprar obras de Nacho Criado, pionero de la creación conceptual y Premio Nacional de Artes Plásticas 2009, que no está representado en prácticamente ninguna colección”.
Un cuarteto ganador
Miquel Barceló
“Entre los artistas españoles vivos de su generación, Miquel Barceló es uno de los más ‘veteranos’ en el mercado de las subastas internacionales. La primera pieza suya vendida en este contexto, fue en Christie’s Nueva York, en noviembre de 1986: una pintura de gran formato, fechada en 1983, que se remató en 26.400 dólares. Desde entonces, su mercado se ha ido consolidando, alcanzando remates que superan el millón y medio de dólares. Las obras más solicitadas son los grandes lienzos de mediados de los años ochenta y principios de los noventa”.
Juan Muñoz
“Considerado por la crítica, las instituciones, los artistas y el gran público uno de los creadores españoles más importantes e influyentes de finales del siglo XX, es también una figura fundamental en el mercado de arte internacional. Su prematura muerte determina, además, que las piezas -desde los icónicos chinos a las obras más tempranas y conceptuales- que salen al mercado tengan una demanda cada día mayor y sus precios estén alcanzando cotas muy elevadas, superando el millón de dólares”.
Juan Uslé
“Aunque completamente consolidado en nuestro país, en el ámbito de las subastas internacionales su despegue es algo más reciente. Además de las obras vendidas en España (el precio más alto logrado en subasta ha sido 196.000 euros, en Christie’s Madrid, en octubre de 2008), las pinturas de mediados de la década de 1990 y principios de la siguiente se cotizan favorablemente en París, Londres y Nueva York.
Jaume Plensa
“Es otro buen ejemplo de artista español contemporáneo cuyo mercado está en auge. Presente en el mercado secundario desde 1990 y con cerca de doscientas obras ofrecidas a través de subastas internacionales, entre dibujos, obras sobre papel, esculturas de pequeño y gran formato e instalaciones, la pieza más cara jamás vendida es Tatoo IV, una figura sedente de resina de poliéster, realizada en 2004, adjudicada en Christie’s París, en diciembre de 2008, por 99.400 euros; estas obras son las que mejor acogida tienen en el mercado”.
María García Yelo
Directora del departamento de Arte Moderno y Contemporáneo de Christie’s
El futuro
“Estoy convencida de que nuestro mercado del arte y nuestra creación artística va a seguir creciendo e internacionalizándose –sostiene Lourdes Fernández. La evolución del mercado del arte en España en las últimas décadas es algo histórico, que va más allá de lo coyuntural. El crecimiento que ha experimentado el sector en nuestro país no se debe únicamente a los periodos de bonanza, sino también a una evolución progresiva desarrollada a lo largo de toda la Transición. La apertura de centros de arte contemporáneo en las distintas Comunidades Autónomas, el fortalecimiento de coleccionismo institucional y corporativo han marcado esta evolución, al igual que la mayor apertura de miras del mercado del arte español en general, con una progresiva internacionalización y diversificación” La experta Alexandra Schader subraya que en los últimos años el coleccionismo internacional ha prestado una atención cada vez mayor a nuestros artistas. “En la última década numerosos artistas españoles contemporáneos se incluyen en los catálogos de las subastas internacionales en plazas como Nueva York, Londres y París”.
Jorge Kunitz