Fue durante una proyección en el colegio viendo la película Los cuatrocientos golpes, de François Truffaut cuando Fernando Colomo (Madrid, 1946) descubrió lo que quería hacer el resto de su vida. Con 16 años rodó su primer corto y, después de licenciarse en Arquitectura, se matriculó en la Escuela Oficial de Cine. Su irrupción en la gran pantalla no pasó desapercibida pues tanto su ópera prima, Tigres de papel, como la siguiente ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? se erigieron en emblemas de la Movida madrileña. Su filmografía, que abarca una treintena larga de filmes, es una crónica social y sentimental de nuestro país, casi siempre en clave de comedia, género que le ha consagrado con títulos como Bajarse al moro, Los años bárbaros o Alegre ma non troppo. Pero su creatividad no se despliega sólo detrás de la cámara, sino también delante del caballete (ha expuesto sus pinturas en ferias como Flecha), donde tiene como referentes artistas tan distintos como Sorolla o David Hockney. De hecho, esta afición ha tenido eco en su cine pues convirtió al autor del Guernica en protagonista de una de sus películas (La banda Picasso), y ahora prepara otro largometraje que tendrá una sugerente conexión con El Bosco.
