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    La modista que revive a Sofonisba

    Considerada la pintura más famosa de Sofonisba Anguissola (c. 1532-1625), La partida de ajedrez (1555) fue pintada en pleno Renacimiento. En este óleo, la artista retrató a tres de sus hermanas (Lucía, Europa y Minerva) enfrascadas en este culto pasatiempo, asociado a la inteligencia y la estrategia, mientras la doncella contempla la escena. Los gestos y expresiones de sus jóvenes protagonistas cautivaron a Vasari quien elogió el don de Sofonisba para insuflar vida a sus cuadros.

    Ahora, seis siglos después, este lienzo, que alberga el Museo Nacional de Poznan (Polonia) ha cobrado vida en la casa de subastas La Suite de Barcelona gracias a las manos de la diseñadora y estilista Maruxa Fondevila (Pontevedra, 1978) que ha realizado una recreación primorosa de la indumentaria de las muchachas. El resultado puede descubrirse en el escaparate de la sala de subastas. “Lo que venimos haciendo es recuperar la tradición del arte efímero relacionando el catálogo de cada subasta con una propuesta artística única e irrepetible. Así nació la idea de reproducir con fidelidad los trajes de la pintura de Sofonisba”, ha explicado la directora de la sala, Beatriz du Breuil. Pero además de exponerse en el escaparate, estos elegantes vestidos saldrán a pujas el 8 de junio con un precio de salida de 2.000 a 3.000 euros.
    “El mayor desafío fue conseguir unas telas que se parecieran lo máximo posible a las que aparecían en el cuadro, ya que no es lo mismo hacer una reproducción libre de un vestido del siglo XVI que tener que igualar los estampados y que los tejidos se parecieran a los de la época. Buscábamos tejidos naturales (algodones, linos,…) ya que los acrílicos no existían en aquella época, así como que fueran brocados y no estampados” explica Fondevila, que empezó a coser con sólo 6 años. La diseñadora gallega, que se reconoce una “fanática de la Historia de la Moda, ha invertido un año de trabajo en este proyecto. “El proceso de documentación, por decirlo de alguna manera, es algo que llevo haciendo muchos años, me fascina la historia de la moda, así que siempre que puedo busco libros y documentación sobre distintas épocas, tanto de moda como de patronaje y confección. La confección quizá ha sido lo más complejo porque ya que ha sido muy laborioso, pues la mayor parte de los vestidos están confeccionados a mano, todos los bordados están hechos a mano, algunas de las puntillas he tenido que desmontarlas y volver a juntarlas para que se parecieran al máximo a las que se aprecian en el cuadro al igual que los adornos.”

    Este distinguido vestuario no tiene nada que ver con la sastrería teatral: “Los trajes que se realizan para el teatro están pensados para que resulten cómodos ya que los actores tienen que llevarlos muchas horas, también deben ser fáciles de quitar y poner para los cambios de vestuario que suele haber durante una representación –explica Fondevila- Estos vestidos al ser reproducciones son muy trabajosos de poner y quitar ya que no llevan cremalleras ni ningún cierre moderno, hay que tener en cuenta que hemos reproducido también las camisas que llevan por dentro así como los corsés. Tampoco son vestidos cómodos ya que los tejidos, como el terciopelo o los brocados de tapicería, son muy pesados.”
    La moda en la historia es la gran pasión de Maruxa Fondevila, también experta en patronaje industrial, que reconoce “me resulta muy difícil elegir un único periodo porque cada época tiene su encanto. Soy una enamorada de los corset y los vestidos de los siglo XVI, XVII y XVIII; admiro la sencillez del diseño y el patronaje de los años 20 y 30, me encantan los años de los grandes maestros y las grandes casas de costura como Balenciaga, Dior, Chanel,… Es fascinante constatar cómo la moda evoluciona desde lo más básico y se complica hasta llegar al Rococó para retornar a la sencillez” apunta. El cuadro de Sofonisba es el punto de partida de un proyecto que se verá enriquecido con nuevas recreaciones históricas. Sobre sus preferencias, la diseñadora confiesa: “Me encantaría reproducir algún cuadro de Toulouse-Lautrec, los cuadros del Moulin Rouge me encantan, con el can-can y los corsés. También me fascina Klimt, sobre todo su cuadro El beso y la época Art Decó, la moda de los años 20-30 es espectacular y sería un lujo poder reproducir algo de ese periodo.”

    [Los tres vestidos salen a pujas el 8 de junio en la subasta Galeones: El encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo. La Suite, Barcelona. www.suitesubastas.com Fotos: Joan Tomás]

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