De los antiguos maestros a las últimas tendencias pasando por las vanguardias históricas conforman la oferta que la casa de subastas Setdart propone en sus próximas ventas. Dos sesiones merecen atención especial. La del 10 de abril, con la pintura antigua como protagonista, en la que se oferta un Ecce Homo del boloñés Guido Reni (1575 –1642), preciado entre 80.000 y 100.000 euros. Conocido como El Divino, se decía que sus cuadros habían sido pintados por los ángeles y a los 30 años ya era uno de los pintores más exitosos y célebres de su tiempo. Los Ecce Homo fueron su especialidad y éste que licita Setdart presenta numerosos paralelismos con el Man of Sorrows, conservado en el Rijksmuseum de Ámsterdam: desde el arrobo intenso del semblante, a la fuga de la mirada hacia el cielo, o el gesto ladeado de la cabeza.
La Adoración del Niño de Vicente Macip (h.1555-1623), que parte de 40.000 a 50.000 euros, es otro lote a tener en cuenta. Según ha apuntado el experto Alberto Velasco: “Nos hallamos ante una obra inédita que supone una aportación importante al catálogo de pinturas de Vicente Macip, el antiguo Maestro de Cabanyes, uno de los introductores del lenguaje renacentista en tierras valencianas. La obra, de gran efectismo gracias al tratamiento de la perspectiva, la riqueza de los detalles y al diseño parcialmente clasicista de las arquitecturas, entronca perfectamente con lo conocido del maestro valenciano y nos emplaza ante el resultado de una significativa unión de la tradición flamenca con las novedades italianizantes que a principios del siglo XVI cuajaban en los reinos hispanos.”
Máxima expectación en la sesión del 11 de abril, que abarca desde las vanguardias a las últimas tendencias contemporánea, en la que se ofrecerá la espectacular Woman Aflame (altura: 360 cm) de Salvador Dalí (1904-1989) con una estimación de 1,2 a 1,4 millones de euros. Expuesta actualmente en el MOCO Museum de Barcelona, esta escultura fue concebida y fundida en 1980 y es un trasvase del emblemático óleo daliniano La jirafa en llamas (Museo de Arte de Basilea), aunque no se limita a ser una versión escultórica de la pintura de 1937. Aquí el genio surrealista fusionó dos de sus obsesiones: el fuego y la figura femenina con cajones. Las llamas parecen tener vida propia, y hablan de la intensidad del deseo inconsciente, mientras que los cajones representan el misterio de los secretos ocultos. Esta hermosa fémina sin rostro simboliza a todas las mujeres pues para Dalí, el misterio constituía la auténtica belleza. En cuanto a la técnica, el bronce presenta un acabado de gran calidad, apreciable en el modelado y las texturas. El vestido se adhiere al cuerpo emulando la técnica griega de los paños mojados, dotando de sensualidad las curvas y de poder enigmático a la alegoría daliniana. Firmada y numerada (ed. 3/8), está incluida en el Catálogo Razonado oficial de obras escultóricas de Dalí compilado por Robert y Nicolas Descharnes, Lo duro y lo blando. Esculturas y Objetos (2004).
“Las ideas no tienen dueño. Le pertenecen a quien las entienda. La pieza toma una forma física y se convierte en un objeto que puede ser poseído”, aseguraba Sol Lewitt (1928-2007), uno de los artistas más prolíficos e influyentes de la escena norteamericana durante la segunda mitad del siglo XX. En 1978 el MoMA le dedicó su primera retrospectiva y hoy está representado en museos como el Metropolitan y el Guggenheim de Nueva York y Bilbao, la Tate Gallery de Londres, o la National Gallery de Washington, entre otros. Considerado uno de los precursores del arte conceptual y minimal, desde el inicio de su carrera, la geometría de la línea fue el eje vertebrador de su lenguaje. Ejemplo de ello es Lines in All Directions, un gouache sobre papel, firmado y fechado en 1993, tasado entre 280.000 y 300.000 euros.