Este año se conmemoran los 1600 años de la fundación de Venecia, en una de cuyas islas, Murano, floreció una industria del vidrio que alcanzó asombrosas cotas de perfección. Ya en la época contemporánea el “cristallo veneziano” experimentó una deslumbrante renovación. La fabricación de vidrio es una actividad arriesgada y peligrosa de ahí que, en el siglo XIII, la Serenissima Repubblica di Venezia, decidiera transferir todos los hornos a Murano (integrada por 9 pequeñas islas conectadas por puentes que atraviesan el Gran Canal). Si en el siglo XVI sus suntuosas piezas eran símbolo de poder siendo codiciadas por todas las cortes europeas, en la época moderna la isla italiana fue un vivero de ideas vanguardistas. Descubrimos en nuestro número de mayo algunos de sus principales artistas y diseñadores, activos entre 1920 y 1970, ofreciendo consejos útiles para los coleccionistas.