“Picasso es el hombre a batir” dijo Willem de Kooning; Roy Lichtenstein admitió “todos estábamos a la sombra de Picasso”, mientras que George Condo cree que “para los artistas que vivieron en la misma época que Picasso, debió de ser una pesadilla intentar seguir el ritmo de alguien como él. Hoy tenemos la libertad que da la distancia”. Y es que no puede negarse, como ha declarado el ministro de Cultura Miquel Iceta, que “si hay un artista que haya definido el siglo XX, que lo represente en toda su crueldad, violencia, pasión, excesos y contradicciones, ése es, sin lugar a dudas, Pablo Picasso.” Enmarcada en el programa oficial de Celebración Picasso 1973-2023, una iniciativa de los Gobiernos de España y Francia que rinde homenaje al artista malagueño en el 50 aniversario de su fallecimiento, el Museo Picasso de Málaga organiza El eco de Picasso, una muestra, abierta hasta el 31 de marzo, que analiza la marca del genio en la actualidad artística globalizada. “El mundo ha cambiado mucho, y el arte también. La cultura contemporánea es mucho más libre que en los periodos anteriores”, afirmó en la presentación Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista y presidente de FABA (Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso).
La exposición presenta obra de Picasso junto a la de artistas que reconocieron su influencia en su trabajo, como Francis Bacon, George Condo, Martin Kippenberger o Maria Lassnig (quien incluso escribió un poema que encabeza diciendo “I am the Lady Picasso”); mientras que, por otra, se presenta a artistas contemporáneos como Claire Tabouret, Rashid Johnson, Brian Calvin o Farah Atassi, 17 de los cuales han creado sus obras expresamente para esta presentación. Por su parte, entre las 85 obras expuestas, dieciocho son del propio Picasso, destacando especialmente el lienzo de gran formato La masacre de Corea del Musée Picasso de París, que no visitaba nuestro país desde hace quince años.
El crítico de arte y codirector del centro Le Consortium de Dijon Éric Troncy es el comisario de esta muestra, cuya singularidad, asegura, obedece a que “por una parte, explora la extraordinaria presencia de Picasso en nuestro imaginario y, por otra, la profunda huella que habría dejado su constante búsqueda de nuevas formas de expresión artística sobre las inquietudes de las generaciones más recientes”. [Hasta el 31 de marzo. Museo Picasso Málaga. Museopicassomalaga.org]
