Nacido en Perú, Mariano Rodríguez de Olmedo (1771-1831) se doctoró en Teología por la Universidad de Alcalá de Henares. En 1814 se le concedió una canonjía en la Catedral de Cáceres y fue nombrado obispo de Puerto Rico en 1815. En 1825 es designado arzobispo de Santiago de Cuba, así como primado de Indias. En el retrato que presenta Ansorena en su sesión del 16 de junio, valorado en 95.000 euros, el pintor Vicente López (1772-1850) lo inmortalizó sentado, señalando una carta pastoral dirigida a sus diocesanos y ataviado con las cruces y bandas de Isabel La Católica, Carlos III y San Hermenegildo. Tal y como indica José Luis Díez en la monografía del pintor “se trata del retrato eclesiástico de más aparatosa máquina decorativa” de los pintados por López, poniéndolo en relación, por su escenografía y ostentación, con los grandes retratos oficiales ejecutados en la última etapa de su vida.
