El Museo de Bellas Artes de Boston (MFA, en sus siglas en inglés), que atesora una de las mejores colecciones internacionales de arte holandés, se va a desprender de un grupo de casi 20 pinturas del siglo XVII con el propósito de conseguir fondos para financiar futuras adquisiciones. La subasta tendrá lugar el 5 de febrero en la sede neoyorkina de Christie’s. El lote más cotizado del conjunto, tasado entre 950.000 y 1,4 millones de euros, es Bandidos guiando a prisioneros, del pintor holandés Jan Both (1618-1652), uno de los máximos exponentes del paisaje italianizante en Utrecht. Formado en el taller de Gerard van Honthorst entre 1634 y 1637, el primer dato documentado es el de su ingreso en 1638 en la Academia de San Lucas en Roma. Allí se reunió con su hermano Andries, pintor de figuras e interiores de género al estilo de los llamados ‘bamboccianti’, es decir, los seguidores de Pieter van Laer ‘il Bamboccio, especializados en escenas de género populares. Al mismo tiempo trabó amistad con Herman van Swanevelt y Claudio de Lorena. Participó con ellos en el encargo de paisajes italianizantes para el Palacio del Buen Retiro de Madrid. Hacia 1641 volvió a Utrecht, siendo nombrado ‘overman’ del gremio de San Lucas de esa ciudad. Fue entonces cuando abandonó definitivamente las escenas de género, para dedicarse por completo al paisaje italianizante basado en los dibujos y estudios hechos del natural en Italia, del que es ejemplo el cuadro que se licita. Esta fue su contribución más original a la pintura holandesa. Tuvo numerosos seguidores e imitadores y sus paisajes fueron muy apreciados incluso a lo largo del siglo XVIII. Sin embargo, en el XIX cayó en el olvido y, hasta la década de 1960 no se inició su recuperación. El conservador del museo de Boston, Frederick Ilchman, ha justificado así la subasta: “El MFA es extremadamente afortunado de tener una colección excepcional de pintura holandesa y flamenca, y nuestros fondos casi se duplicaron en 2017 gracias a la importante donación realizada por Rose-Marie y Eijk van Otterloo y también por Susan y Matthew Weatherbie. Durante los últimos años, nuestro equipo de conservadores ha revisado cuidadosamente toda la colección y en el proceso se dieron cuenta de que algunas obras eran muy similares, incluso idénticas, a otras de los mismos autores. Dado que estas pinturas tenían menos probabilidades de ser expuestas, pensamos que su retirada podría ser beneficiosa para el museo pues los ingresos de esta venta nos permitirán seguir elevando la calidad de nuestra colección holandesa y flamenca.”
