Este imponente relieve asirio adornó en su día las paredes del colosal Palacio del Noroeste del rey Asurnasirpal II (883-859 a.C.), en la ciudad de Nimrud, en el actual Irak. Representa a un genio alado, una deidad también conocida como Apkallu, que sostiene un cubo y un objeto en forma de cono, alegorías de fertilidad y protección para el monarca. La escultura, que mide más de 2 metros, fue tallada con un asombroso detallismo. Contemplarla permite saber como vestían y se acicalaban los poderosos hace tres mil años. Este valioso friso fue adquirido en 1859 en Mosul por el misionero americano Henri Byron Haskell del arqueólogo inglés Austen Henry Layard, quien lo había desenterrado del palacio real de Nimrud. Desde 1860, se conservó en el Seminario Teológico de Virginia, en Estados Unidos, que es quien lo pone mañana a la venta en Christie’s Nueva York para dotar un fondo para becas. Su estimación se ha fijado entre 8,5 y 13 millones de euros.