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    Una antología porteña

    Fervor de Buenos Aires, que toma su título del primer poemario de Jorge Luis Borges, celebra a dos artistas, Horacio Coppola y Grete Stern, que ocupan un lugar central en la historia de la fotografía moderna del siglo XX. “Proponemos un diálogo inédito hasta ahora en España entre estos representantes de la fotografía de vanguardia, que tanto compartieron y tuvieron en común”, expresó Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga. Las 125 fotografías de Horacio Coppola (1906-2012), de lo más granado de su producción, ofrecen un completo repaso por la trayectoria de este artista que llegó a centenario. 

    Horacio Coppola, Nocturno. Calle Corrientes desde Reconquista, 1936. Colección Telefónica © Archivo Horacio Coppola. Galería Jorge Mara-La Ruche, Buenos Aires

    El recorrido comienza con las imágenes adscritas a la corriente de la Nueva Visión de finales de los años veinte, para continuar por las influidas por su paso por la Bauhaus y culminar en su principal proyecto: Buenos Aires 1936. Visión fotográfica, encargo de la administración municipal para conmemorar a través de un fotolibro el cuarto centenario de la fundación de la capital argentina. Tomadas con su cámara Leica durante largos paseos por Buenos Aires, a veces en compañía de su amigo Borges, estas instantáneas son un retrato apasionado e intensamente moderno de las calles, edificios y gentes de la ciudad porteña. Otra de las grandes iniciativas desarrolladas en la época fue la construcción del obelisco y el ensanche de la calle Corrientes, una de las avenidas emblemáticas de la ciudad y Coppola, fundador en 1929 del primer cine club de la capital, realizó una obra maestra de las artes visuales experimentales: la película Así nació el obelisco

    Grete Stern, ¿Quién será?, 1949. Fotomontaje n.º 7 de la serie «Sueños». Cortesía del IVAM © Archivo Grete Stern. Galería Jorge Mara-La Ruche, Buenos Aires

    El Buenos Aires de Coppola fue también el de la alemana Grete Stern (1904-1999). Exiliada en la ciudad argentina desde 1935, año en que se casó con Coppola, y hasta su fallecimiento, Stern llevó al país sudamericano una fotografía innovadora, aprendida en el estudio de Walter Peterhans y en la Bauhaus, en Berlín, a finales de los años veinte. Autosuficiente y creativa, continuó en la capital porteña su carrera como fotógrafa y diseñadora que había iniciado en su país natal. Tras su separación de Coppola en 1943, centró su trabajo en el retrato de amigos y expatriados políticos, en la fotografía de arquitecturas urbanas y de asuntos etnográficos, y en el fotomontaje, con el que dio forma a la serie Sueños, publicada originalmente en la revista femenina Idilio, la parte hoy más reconocida de su audaz producción, y de la que aquí se exponen veinticinco imágenes.

    Grete Stern, Artículos eléctricos para el hogar, c. 1950. Fotomontaje n.º 1 de la serie «Sueños». Cortesía del IVAM © Archivo Grete Stern. Galería Jorge Mara-La Ruche, Buenos Aires

    El fotomontaje fue una técnica que se cultivó de forma extensa en la Europa de los años veinte y treinta y con la que Stern se dedicó al diseño publicitario y editorial, en Alemania y Buenos Aires. Las obras seleccionadas para esta exposición componen una suerte de manifiesto en clave feminista de una artista comprometida e independiente, imaginativa y audaz. Museo Carmen Thyssen, Málaga. Hasta el 10 de septiembre

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